Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

MARIAM (AS), UNA MUJER A QUIEN ALLÂH ESCOGIÓ ENTRE TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Dice Allâh Altísimo en su Libro Sagrado: “Allâh eligió a Âdam, a Nûh, a la familia de Ibrâhîm y a la familia de ‘Imrân por encima de los mundos” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 33]. Allâh escogió a Mariam (‘alaihas-salam) y la describió como la mejor mujer de este mundo. Allâh dice: “Y cuando dijeron los ángeles: ¡Mariam! Allâh te ha elegido, te ha purificado y te ha escogido entre todas las mujeres de la creación” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 42].

Como musulmanes, respetamos, honramos y tenemos a Mariam (‘alaihas-salam), la hija de ‘Imrân, en una alta estima. Fue una casta virgen y la mejor mujer del mundo. Allâh la elogió describiéndola como pura y casta. Allâh dice: “Y Mariam, la hija de ‘Imrân, la que guardó su vientre, e insuflamos en él parte de Nuestro espíritu. Y la que creyó en la verdad de las palabras de su Señor y en Su libro y fue de las obedientes” [Sûrah At-Tahrîm (66), âyah 12].

Mariam (‘alaihas-salam) , fue criada en el seno de una familia religiosa y piadosa, como su madre. Cuando Mariam (‘alaihas-salam), aún no había nacido, su madre juró dedicar lo que llevaba en su vientre a la Causa de Allâh y Su Dîn. Allâh dice: “Cuando dijo la mujer de ‘Imrân: ¡Señor mío! Hago la promesa de ofrecerte lo que hay en mi vientre, para que se dedique exclusivamente a Tu servicio, libre de las obligaciones del mundo. Acéptalo de mí; verdaderamente Tú eres Quien oye y Quien sabe. Y una vez hubo parido dijo: ¡Señor mío! He dado a luz una hembra y bien sabía Allâh lo que había parido; y no es el varón como la hembra. La he llamado Mariam: A ella y a su descendencia los refugio en Ti del Shaitân lapidado” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyât 35 y 36].

Allâh aceptó el du‘â de Mariam e hizo que su tío, el Profeta Zakarîya (‘alaihis-salam), la cuidara y la tenga a su servicio para que se crie en un entorno lleno de la Guía Divina. Allâh dice: “Su Señor la aceptó con buena acogida, hizo que se criara bien y la confió a Zakarîya. Cada vez que Zakarîya la visitaba en su lugar de oración, encontraba junto a ella provisión. Decía: ¡Mariam! ¿Cómo es que tienes esto? Decía ella: Esto procede de Allâh, es cierto que Allâh provee a quien quiere sin limitación” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 37].

Uno de los capítulos del Qurân, lleva su nombre, un gran honor que otorga nuestro Dîn a una gran sierva de Allâh. En esta Sûrah Allâh nos informó en detalle la historia de la concepción de ‘Isa (‘alaihis-salam) y su nacimiento. Mariam (‘alaihas-salam) es la única mujer mencionada por su nombre en el Qurân, mientras que otras mujeres de gran honor y piedad fueron mencionadas solo de manera indirecta. Mariam (‘alaihas-salam) y Asia, la esposa del Faraón, han sido las dos únicas mujeres mencionadas en el Qurân como un ejemplo para todos los creyentes, hombres o mujeres. Dice Allâh: “Y Allâh les pone un ejemplo a los que creen: La mujer de Faraón cuando dijo: ¡Señor mío! Haz para mí una casa, junto a Ti, en el Jardín, y sálvame de Faraón y de sus actos; y sálvame de la gente injusta. Y Mariam, la hija de ‘Imrân, la que guardó su vientre, e insuflamos en él parte de Nuestro espíritu. Y la que creyó en la verdad de las palabras de su Señor y en Su libro y fue de las obedientes” [Sûrah At-Tahrîm (66), âyât 11 y 12].

Mariam (‘alaihas-salam), alcanzó una posición y nivel espiritual tan honorable que ninguna otra mujer ha alcanzado. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), explicó este concepto en detalle en varios ahâdîth, entre ellos dijo: “Muchos fueron los hombres que alcanzaron el nivel de perfección, y entre las (principales) mujeres que lo alcanzaron están Mariam (‘alaihas-salam) la hija de ‘Imrân, y Asia la esposa del Faraón” [Bujari y Muslim]. Dijo también el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “La mejor mujer de su época fue Mariam (‘alaihas-salam) la hija de ‘Imrân, y la mejor mujer de mí época fue Jadiyah hija de Juwailîd” [Bujari y Muslim].

Mariam (‘alaihas-salam) fue conocida por su castidad y virginidad aun después de dar a luz al Profeta ‘Isa (‘alaihis-salam) el Mensajero de Allâh. Mariam  buscó protección en Allâh cuando Ÿibrîl (‘alaihis-salam) apareció ante ella en forma de un ser humano perfecto. Allâh nos dice en el Qurân: “Dijo: Me refugio de ti en el Misericordioso, si tienes temor (de Él)” [Sûrah Mariam (19), âyah 18]. Allâh la honró declarándola inocente de las acusaciones que le dirigieron, y lo hizo mediante un grandioso milagro, su hijo recién nacido, el Profeta ‘Isa (‘alaihis-salam) habló para defenderla de las acusaciones difamatorias lanzadas por la gente baja y corrupta. Así, Allâh mencionó en detalle la historia de cómo ella concibió a su hijo y cómo dio a luz. Allâh dice: “Y llegó a su gente llevándolo en sus brazos, dijeron: ¡Mariam! Has traído algo muy grave. ¡Hermana de Harûn! Tu padre no ha sido un hombre de mal ni tu madre una fornicadora. Entonces hizo un gesto señalándolo, dijeron: ¿Cómo vamos a hablar con un niño de pecho? Dijo: Yo soy el siervo de Allâh. Él me ha dado el Libro y me ha hecho profeta. Y me ha hecho bendito dondequiera que esté y me ha encomendado la oración y la purificación mientras viva. Y ser bondadoso con mi madre; no me ha hecho ni insolente ni rebelde. La paz sea sobre mí el día en que nací, el día de mi muerte y el día en que sea devuelto a la vida. Ese es ‘Isa, el hijo de Mariam, la palabra de la Verdad, sobre el que dudan. No es propio de Allâh tomar ningún hijo. ¡Gloria a Él! Cuando decide algo, sólo dice: Sea, y es” [Sûrah Mariam (19), âyât 27 a 35].

Allâh la honró con varios milagros antes de su embarazo y después de dar a luz, por ejemplo la comida que aparecía milagrosamente en sus aposentos. Allâh dice en el Qurân: “Su Señor la aceptó con buena acogida, hizo que se criara bien y la confió a Zakarîya. Cada vez que Zakarîya la visitaba en su lugar de oración, encontraba junto a ella provisión. Decía: ¡Mariam! ¿Cómo es que tienes esto? Decía ella: Esto procede de Allâh, es cierto que Allâh provee a quien quiere sin limitación” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 37]. Allâh también la bendijo creando un manantial y una palmera datilera cargada de frutos para proveerle alimento y bebida cuando ella buscó un lugar retirado de la gente para dar a luz. Allâh dice: “Y (el ángel) la llamó desde abajo (del valle): No te entristezcas, tu Señor ha puesto un arroyo a tus pies. Sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán dátiles maduros y frescos. Come y bebe, y refresca tus ojos. Y si ves a algún humano dile: He hecho promesa de ayuno al Misericordioso y hoy no puedo hablar con nadie” [Sûrah Mariam (19), âyât 24 a 26].

En una ocasión, Um ‘Umarah (radiallâhu ‘anhâ) fue ante el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y dijo: “¡Oh, Mensajero de Allâh! ¿Por qué las mujeres no están tan mencionadas en el Qurân tanto como los hombres?” Entonces Allâh reveló: “Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allâh y a las que recuerdan; Allâh les ha preparado un perdón y una enorme recompensa” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 35]. [At-Trimidhi].

Mariam (‘alaihas-salam) es un modelo a seguir para toda la humanidad debido al impecable comportamiento que mantuvo durante toda su vida, su genuina devoción, su virtud, su entrega incondicional a la voluntad de Allâh, su confianza absoluta en Allâh y su gran fe.

Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos de la capacidad de entender estas enseñanzas y valorar correctamente los méritos y virtudes de María, la madre de Jesús (la paz de Allâh sea con ambos). Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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