Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

LA UNIÓN ENTRE LOS MUSULMANES Y COMPARTIR SUS DOLORES Y PREOCUPACIONES

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Dice Allah Altísimo en el Sagrado Qurân: “Los creyentes son, en realidad, hermanos; reconciliad pues a vuestros hermanos y temed a Allah para que se os pueda dar misericordia” [Sûrah Al-Huyurât (49), âyah 10].

Dijo el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El musulmán es hermano del musulmán” [Bujari].

Abû Mûsa Al-‘Ash‘arî (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Los creyentes son como una construcción cuyas partes se afirman entre sí” y luego entrelazó sus dedos. [Bujari].

Respetados hermanos y hermanas, Allah nos llama “Ummah” en el Qurân, lo que traducimos habitualmente como “nación”, pero es mucho más que eso: Ummah, es un grupo de personas que van en una misma dirección, y el Islam le da sentido a esa palabra como grupo de personas que porta el mismo mensaje, y comparten las mismas creencias. Según nuestro Dîn, el mensaje que portamos los musulmanes de todo el mundo es el de ordenar y recomendar el bien mientras prohibimos lo reprobable de las acciones y las palabras.

El concepto de Ummah lleva pegado el sentido de hermandad y compañerismo. Una hermandad pura, natural e inquebrantable. No sólo entre los creyentes de la Nación de nuestro Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), sino que los creyentes de las naciones anteriores también. Por eso, a menudo el Mensajero de Allâh hablaba de “su hermano” el Profeta Mûsa o su “hermano” el Profeta Sulaimân (‘alaihimus-salam) etc., y les contaba a sus compañeros las historias de sacrificio y entrega de los creyentes de las naciones anteriores como si se trataran de las historias de alguien familiar o cercano. En realidad, apuntaba a que eran personas que caminaban en la misma dirección y portaban el mismo mensaje, eran parte de la Ummah del Islam.

Ese mismo sentido de Ummah fue inculcado por Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el corazón de sus compañeros, los nuevos musulmanes que dejaban tras de ellos no sólo la impureza de la idolatría y el paganismo, sino también la ignorancia preislámica y los conflictos a los que está última los había arrastrado, y que durante siglos había vuelto a unos contra otros y creado entre ellos divisiones infranqueables.

Allah le hizo ver a Su Profeta que la unión de los corazones de sus siervos era una tarea que nadie, n siquiera el mismo Profeta podría conseguir sin la ayuda de Allah. Es Allah quien con su favor y el poder sanador que ha depositado en el Qurân, une entre los corazones de Sus siervos. Dice Allah: “Y unió sus corazones. Aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra no habrías conseguido unir sus corazones, sin embargo, Allah los unió. Verdaderamente Él es Irresistible, Sabio” [Sûrah Al-Anfâl (8), âyah 63].

Todo esto que hemos presentado ante ustedes demuestra lo importante que es la hermandad y la unión entre los creyentes. por eso Allah lo menciona como una bendición que los creyentes deberían reconocer y agradecer. dice Allah: “Y aferraos todos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis; y recordad el favor que Allah ha tenido con vosotros cuando, habiendo sido enemigos, ha unido vuestros corazones y por Su gracia os habéis convertido en hermanos. Estabais al borde de caer en el Fuego y os salvó de ello. Así os aclara Allah Sus signos. Ojalá os guieis” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 103].

 

Dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El musulmán es hermano del musulmán” [Bujari]. La hermandad en el Islam nos exige que haya un deseo del bien entre todos los musulmanes, y que compartan la felicidad, pero también las dificultades y las preocupaciones.

En otro hadîth el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El ejemplo de los creyentes en su amistad, en la misericordia y cercanía que hay entre ellos es como la de un solo cuerpo, que cuando un miembro de él sufre de dolor, lo acompaña el resto de los órganos con la fiebre y el insomnio”.

Hoy vivimos tiempos de dificultad e incertidumbre, debemos apelar a nuestra hermandad para acompañar a nuestros hermanos afligidos en cualquier lugar donde estén en dificultades. Recordemos el hadîth de nuestro Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) cuando dijo: “Allah estará en la ayuda del siervo mientras él esté en la ayuda de su hermano”

Nuestra parte en todo esto está en ayudar con la súplica, el ánimo y cualquier ayuda que podamos hacer llegar a ellos por las vías confiables, rogando a Allah que lo acepte y lo haga sincero por su causa, y beneficioso para quienes están en necesidad.

Hermanos y hermanas, somos la Ummah del Islam, la Ummah del Qurân, la Ummah de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), y la Ummah que ha heredado el mensaje de los libros y los mensajeros anteriores. Debemos vivir como tal, deseándonos el bien mutuamente y compartiendo genuinamente la felicidad y la tristeza de los demás como propias, ese es el ejemplo que nos dejó la sociedad de Madinah, dirigida por el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), y eso es lo que debemos intentar conseguir con todo nuestro esfuerzo.

Rogamos a Allah que ayude a nuestros hermanos afligidos, que perpetúe la felicidad y el regocijo de quienes están felices  y que nos haga verdaderos hermanos como él nos ordenó ser. Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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