Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 25 de Octubre de 2024
- Yumu‘ah, 22 de Rabi'th-Thani de 1446
- Imâm: Sh. Yusuf G. Hoosen
LUEGO DE LAS LÁGRIMAS LLEGA LA SONRISA
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la oración(1); es cierto que Allâh está con los pacientes” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 153].
Todo el tiempo se nos alienta a estar conscientes de Allâh. Como humanos no sabemos ni siquiera lo que ocurre con nosotros mismos. Pero nada está oculto para Allâh. Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “Él tiene las llaves de lo oculto y sólo Él lo conoce; y sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro” [Sûrah Al-An‘âm (6), âyah 59].
Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El creyente fuerte, es mejor y más amado por Allâh que el creyente débil, y en todos hay un bien. Empéñate en lo que es útil para ti, y busca la ayuda de Allâh y no te quedes inerte. Y si te ocurre algo no digas “Si hubiera hecho, eso hubiera pasado eso y eso”. Sino digan: “Allâh ordenó esto y Él hace lo que Él quiere”. Porque verdaderamente la frase: “Si hubiera hecho” hace una vía para el trabajo del Shaitân”. [Muslim].
Si estás atravesando momentos de angustia y dolor, recuerda a Allâh, invoca Su nombre y pídele ayuda; pon tu frente en el suelo y alábalo para obtener así la verdadera libertad; eleva tus manos mientras realizas la súplica, y pídele constantemente; prostérnate frente a Su puerta; ten buenos pensamientos sobre Él y espera Su ayuda. Entonces encontrarás la felicidad y el éxito verdaderos. Si ves que la cuerda se tensa cada vez más, es una clara señal de que tarde o temprano se cortará.
Luego de las lágrimas llega la sonrisa, el miedo es reemplazado con el bienestar y la serenidad se apodera de la ansiedad. El Profeta Mûsâ (‘alaihis-salam) no se ahogó en el mar porque pronunció firmemente con confianza y fortaleza: “No, mi Señor está conmigo y Él me guiará” [Sûrah Ash-Shu’arâ (26), âyah 62]. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Ten en mente que el éxito se alcanza con la paciencia y el alivio llega después de la dificultad”. No te deprimas, porque tienes a tu Señor, Quien dio solución a tus asuntos ayer, y te las dará de igual manera mañana.
Um Salamah (radiallâhu ‘anhâ) dijo: “Escuché al Mensajero de Allâh decir: “Si un musulmán, cuando le sucede una desgracia, dice lo que Allâh le ordenó: “Ciertamente pertenecemos a Allâh y ciertamente a El regresaremos, ¡Oh Allâh recompénsame por mi desgracia y dame en su lugar algo mejor” Allâh le dará algo mejor en su lugar”. Cuando murió Abû Salamah (radiallâhu ‘anhu) dije: “¿Qué musulmán es mejor que Abû Salamah? Su familia fue la primera en emigrar con el Mensajero de Allâh”. Luego dije las palabras (que Allâh ordenó), entonces Allâh me dio en su lugar al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) como esposo”.
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “No se preocupen de aquellos que están sobre ustedes en relación a su riqueza sino que mejor aún preocúpense de aquellos que están bajo ustedes, porque ciertamente cuando el hombre se preocupa de aquel que está sobre sí en cuanto a riqueza, empequeñece los bienes que posee, pero si el hombre se preocupa de aquellos que están bajo él económicamente, entonces apreciará aquello que posee y dará las gracias a Allâh por sus bendiciones”.
Toda persona que le haya acontecido una desgracia y quiera salir de ella, que recuerde la gran recompensa que tiene ser paciente, ya que el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cualquiera que fuere la desgracia que le ocurriera a un musulmán: ansiedad, preocupación, dolor o incluso una espina que se le clavara, serviría para que Allâh lo purificara de sus pecados”. Otro asunto que le ayudará a aliviar la desgracia es reflexionar en las innumerables bendiciones que Allâh le ha otorgado, y lo grave que habría sido la situación si ésta hubiera sido peor, pues no existe desgracia sin que haya otra mayor que ella.
La paciencia es la cuerda con la que el de corazón abierto a Allâh se ata a su Señor, y es el pie de su sensibilidad espiritual sobre el que se sostiene .La mejor de las existencias la gozan los dichosos gracias a la fortuna de poseer paciencia a la vez que la gratitud hacia Allâh los eleva a los más altos rangos espirituales: Tienen dos alas, la paciencia (sabr) y la gratitud (shukr), con las que vuelan al Ÿannah. Ese es el favor de Allâh que concede a quien quiere, y Allâh es el Dueño del Favor Inmenso .
‘Atâ Ibn Abî Rabbâh (radiallâhu ‘anhu) narró: “Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhum) me dijo: “¿Quieres que te muestre una mujer de los habitantes del Paraíso?” Dije sí. Él dijo: “Aquella mujer negra que vino un día ante el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dijo: “Tengo epilepsia, entonces se me destapan partes de mi cuerpo (cuando tengo un ataque), así que pide a Allâh que me cure”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le contestó: “Si quieres lo pido a Allâh, pero si quieres ser paciente tendrás el Paraíso (como recompensa)”. La mujer dijo: “¿Que tenga paciencia? ¡pero se me destapan partes de mi cuerpo! Pide a Allâh que no se me vea nada”. Entonces el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) rogó a Allâh y la mujer siguió padeciendo de epilepsia sin que se viera nada de su cuerpo. Ella es una de las habitantes del Ÿannah”.
Todo lo que Allâh decreta para el musulmán es un bien. No hay dificultad que no desaparezca, y no hay tristeza a la que no siga la felicidad. Junto a la dificultad hay facilidad. Y no predomina una dificultad por encima de dos facilidades. No hay tristeza, ni felicidad que perduren, y no hay flaqueza ni miseria que perduren. Allâh no toma de Su siervo sino para darle y no le prohíbe algo sino para recompensarlo con algo mejor. Dice Allâh Altísimo en el Sagrado Qurân: “… puede que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que es un mal. Allâh sabe y vosotros no sabéis” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 216].
Abû Yahia Suhaib Ibn Sinân (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Allâh, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien para él”.
Como creyentes, a pesar de nuestras dificultades y condiciones siempre debemos buscar la ayuda de Allâh con paciencia y oración, como Allâh nos enseña en el Qurân: “¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la oración(1); es cierto que Allâh está con los pacientes” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 153].
Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh