Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 4 de Octubre de 2024
- Yumu‘ah, 1 de Rabi'th-Thani de 1446
- Imâm: Sh. Muthanna Soud Fajreldin
LAS CUALIDADES DEL PROFETA MUHAMMAD (SAW)
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Dice Allâh Altísimo en el Sagrado Qurân: “En verdad que os ha llegado un Mensajero salido de vosotros mismos; es penoso para él que sufráis algún mal, está empeñado en vosotros y con los creyentes es benévolo y compasivo” [Sûrah At-Taubah (9), âyah 128]. Dice también: “Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos” [Sûrah Al-Anbiyâ (21), âyah 107].
Dijo nuestro amado Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Hay tres cosas que quien las reúna en sí mismo encontrará en ellas la dulzura de la fe: Que Allâh y su Mensajero sean más amados para él que todo lo demás; que cuando ame a alguien lo haga nada más que por la Causa de Allâh y que deteste volver a la incredulidad tanto como detestaría ser arrojado al Fuego” [Al-Bujari y Muslim]
Hermanos y hermanas: Estamos en este día bendito comenzando el mes de Rabi’uth-Thani y por lo tanto, ya finalizó Rabi’ul-Auwal, mes del nacimiento del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). En las Jutbahs de dicho mes se trataron varios aspectos de la vida del Sello de la Profecía, y el día de hoy dedicaremos nuestra jutbah a sus cualidades, a la importancia que debe tener ante nuestros ojos, y el deber de amarlo por lo que hizo por el mundo en general, y estudiar su vida y sus enseñanzas hasta que el amor por él sea algo completamente natural e inseparable de nuestro ser.
Todos los mensajeros de Allâh (‘alaihimus-salam) a través de los tiempos, fueron bendecidos con las mejores cualidades tanto físicas como humanas y espirituales, eso es porque debían servir de ejemplo para sus comunidades hacia las que fueron enviados para comunicar las palabras y las instrucciones de vida de parte de su Señor. El Mensajero debe tener una conducta intachable, ya que las críticas de sus errores van dirigidas no sólo a su persona, sino que a la persona de quien envía el mensaje. Si quien envía el mensaje es Allâh, el Creador y Sustentador del Universo, y quien conoce sin duda alguna lo que es mejor para nosotros y lo que es malo, entonces Su representante en la tierra y el portador de Sus palabras debe ser una persona que refleje en sí misma la Voluntad de Allâh y ponga en práctica antes que nadie, Sus órdenes.
Por eso es que los sabios han afirmado sin posibilidad de error, que todas las cualidades loables que están mencionadas en el Qurân, y que Allâh ha ordenado o recomendado adquirir, estaban presentes en nuestro Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), quien era el primero en ponerlas en práctica. De igual manera han afirmado los sabios que todas las cualidades detestables que están mencionadas en el Qurân y que Allâh ha ordenado o recomendado evitar, eran inexistentes en nuestro Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), quien era el primero en alejarse de ellas.
La madre de los creyentes, Â’îshah (radiallâhu ‘anhâ) tuvo unas palabras que apuntan a este mismo sentido, cuando uno de sus discípulos le preguntó: “¡Oh, Madre de los creyentes! ¿Cómo eran los modales del Mensajero de Allâh?” Respondió: “¿Es que acaso no lees el Qurân? Dijo que si, entonces ella dijo: “Sus modales eran el Qurân”.
La veracidad y confiabilidad del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) eran bien conocidas, incluso antes de la profecía, hasta el punto de que esas cualidades superaron en fama a su propio nombre. en aquella época era conocido como As-Sadiq (el veraz) y Al-Amîn (el digno de confianza)
No podemos olvidar la generosidad de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Son muchísimas las narraciones auténticas que denotan esa hermosa cualidad. Según la descripción de la gente que convivió con él, era un hombre que daba y repartía bienes como quien no teme la pobreza. Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhu) dijo: “El Mensajero de Allâh era el más generoso de entre la gente, y se volvía aún más generoso en el mes de Ramadân cuando se encontraba con Ÿibrîl para repasar el Qurân, porque entonces era más generoso que los vientos que traen lluvia.
Pero su generosidad no se limitó únicamente a los bienes materiales, que hoy ya ni siquiera existirán, donde más se nota su generosidad es en su celo por la salvación de la gente, o en su persistencia en el trabajo pesado de la divulgación y la llamada hacia Allâh, porque, después de todo, no hay persona más generosa que aquella que se sacrifica por el bien de los demás.
Todo esto no es más que un ejemplo pequeño y resumido de lo que eran sus modales y sus cualidades, pero pueden servirnos de punto de partida para aprender más sobre Él, y conocer más de Su vida. Eso nos va a llevar, con el permiso de Allâh, a amar al Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) desde lo más profundo de nuestros corazones.
Amar Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) es un acto de agradecimiento no sólo a él, sino que además y sobre todo, es un acto de obediencia y agradecimiento a Allâh Altísimo.
Rogamos a Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ que llene nuestros corazones de amor por Su Mensajero y que nos permita trabajar para reflejar sus cualidades y su Sunnah en nuestras vidas y el mundo entero. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh