Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 9 de Agosto de 2024
- Yumu‘ah, 5 de Safar de 1446
- Imâm: Sh. Muthanna Soud Fajreldin
LA VIRTUD DE LA VERACIDAD Y LA ADVERTENCIA DE FALTAR A ELLA
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Respetados hermanos y hermanas, la jutbah del día de hoy trata sobre cerciorarse de la información antes de comunicarla a los demás.
Dice Allah altísimo: “Di: Lo que de verdad ha prohibido mi Señor son las indecencias, tanto las externas como las que se ocultan, la maldad, el abuso sin razón, que asociéis con Allah aquello sobre lo que no ha descendido ninguna evidencia y que digáis sobre Allah lo que no sabéis” [Sûrah Al-A’râf (7), âyah 33].
Dijo nuestro Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Mentir sobre mí no es como mentir acerca de otra persona, quien mienta acerca de mí, que prepare su lugar en el Fuego” [Bujari y Muslim].
Entre los diversos modales que nos enseña nuestra bello Dîn del Islam, y que ha sido ordenada por Allah y puesto en práctica por Su Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), resalta el asegurarse y cerciorarse de la información. Además, es una cualidad apreciada por la gente, y que hace de su portador, alguien digno de confianza.
Allah ordena a sus siervos ser veraces y sinceros, dice en Su Libro Sagrado: “¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y permaneced con los veraces” [Sûrah At-Taubah (9), âyah 119]. Esta orden de Allah es tanto para la persona que dice o hace algo por su cuenta, como para aquel que transmite un dicho o un acto de otra persona, se debe observar la exactitud y la sinceridad en la transmisión.
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) comentó a sus compañeros un extenso sueño que tuvo, en el que le fueron mostradas algunas personas que sufrían severos castigos a causa de pecados mayores que cometieron en vida. entre ellos, había un hombre cuyo rostro era rasgado múltiples veces con ganchos de hierro, que llegaban hasta su nuca. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó por el significado de lo que había visto, se le informó que es el castigo de quien sale de su casa por la mañana, y dice una mentira que se expande durante el día hasta llegar a lugares lejanos. [Bujari]. Este hadîth es una advertencia severa en contra de iniciar una mentira, pero también en contra de su propagación, ya que sin la gente que hace eco de ella, esta no llegaría a oídos de los demás.
El día de hoy con la tecnología que tenemos a nuestro alcance, y las redes sociales que facilitan el envío instantáneo de la información, debemos tener extremo cuidado en lo que nos llega y en lo que compartimos con los demás. Esto no es solo en lo que tiene que ver con información de nuestro Dîn, sino que también en todo otro tipo de contenido. Esto es porque una información inexacta, propagada con o sin malas intenciones puede causar confusión, disputas, crisis económicas, perdida de bienes e incluso puede llegar a ser el motivo de guerras y la pérdida de vidas inocentes.
Se debe poner cuidado adicional cuando se trata de atribuir algo a Allah o a Sus mensajeros, porque un error en semejante atribución es grave y cuando se hace intencionalmente es un pecado de dimensiones incalculables, porque se convierte en un medio para el desvío de los demás, y su alejamiento del Camino Recto.
Dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Mentir sobre mí no es como mentir acerca de otra persona, quien mienta acerca de mí, que prepare su lugar en el Fuego”. [Bujari y Muslim].
Cuando era todavía el tiempo de los sahabah (radiallâhu ‘anhum), no existía esa costumbre, pero luego empezaron las disputas y las tribulaciones en la segunda generación, lo que hizo que se perdiera la certeza en todo lo que se narraba de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Entonces los sahabah que aún quedaban vivos, al escuchar a alguien transmitiendo algo atribuido al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), le exigían que nombrara a quien se lo había enseñado, para poder hacer la trazabilidad o el seguimiento de las palabras hasta el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Así fue como se inició el gigantesco trabajo que luego completarían los sabios del hadîth, quienes facilitaron la compilación de los dichos del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y su clasificación según la confiabilidad de sus transmisores.
En el actuar de los sahabah (radiallâhu ‘anhum) tenemos un ejemplo a seguir, ya que se condice perfectamente con la Orden de Allah, de cerciorarse de la realidad cuando alguien nos trae información, antes de tomar cualquier medida basada en ésta. Dice Allah Altísimo: “¡Vosotros que creéis! Si alguien, que no es digno de confianza, os llega con una noticia, aseguraos antes; no vaya a ser que, por ignorancia, causéis daño a alguien y tengáis luego que arrepentiros de lo que hicisteis” [Sûrah Al-Huÿurât (49), âyah 6]. En esta âyah se nos ordena asegurarnos cuando alguien corrupto nos da alguna información. Lo mismo se debe hacer cuando no conocemos la realidad de la persona que lo transmite, y no sabemos si es o no digno de confianza. Incluso si es una persona confiable, nunca está demás asegurarse, porque puede haber un error de su parte u olvido, especialmente cuando algo nos suena extraño o poco probable. Después de todo, cualquiera puede cometer una equivocación.
Hermanos y hermanas, vivimos tiempos de avances tecnológicos sin precedentes y el surgimiento de herramientas que son de una gran utilidad pero que también pueden hacer mucho daño, como las redes sociales, los medios masivos de difusión y la inteligencia artificial, con la que se pueden fabricar videos realistas y replicar de manera exacta las voces, lo que exige de nosotros tener sumo cuidado en lo que nos llega y en lo que pasamos a los demás.
Rogamos a Allah Altísimo que nos proteja de los errores, que nos otorgue el discernimiento, y que nos guíe siempre hacia el Camino Recto y la verdad que nos acerca a Él. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh