Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 16 de Agosto de 2024
- Yumu‘ah, 12 de Safar de 1446
- Imâm: Sh. Yusuf G. Hoosen
LA MENTIRA DESTRUYE Y SOLO LA VERDAD SALVA
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Allâh Altísimo dice en el Sagrado Qurân: “¡Vosotros que creéis! Temed a Allâh y permaneced con los veraces” [Sûrah At-Taubah (9), âyah 119]. Dice también: “Es verdad que (…) a los veraces y a las veraces (…) Allâh les ha preparado un perdón y una enorme recompensa” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 35]. Dice también: “… sería mejor para ellos que fueran sinceros con Allâh” [Sûrah Muhammad (47), âyah 21].
Ibn Mas’ûd (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La verdad conduce a la virtud y la virtud conduce al Ÿannah. Cuando la persona se mantiene diciendo la verdad es anotada ante Allâh como un veraz. Por el contrario, la mentira conduce a la inmoralidad y la inmoralidad conduce al Fuego. Cuando la persona se mantiene diciendo mentiras hasta que es anotada ante Allâh como un mentirosa” [Al-Bujâri y Muslim].
Abû Muhammad Al-Hasan Ibn ‘Alî Ibn Abû Tâlib (radiallâhu ‘anhum) dijo: “He aprendido del Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) lo siguiente: “Deja aquello que te trae dudas por aquello que no te trae dudas. La verdad trae sosiego y paz; en cambio la mentira trae dudas” [At-Tirmîdhî].
Hakîm Ibn Hizâm (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Tanto el vendedor como el comprador tienen derecho a anular la operación, mientras no la concluyan o se separen. Si éstos son veraces y honestos su operación será bendecida, pero si ocultan alguna falla en la mercancía y mienten, su operación perderá toda bendición” [Al-Bujâri y Muslim].
Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ dice en el Qurân: “¿O es que creen que no escuchamos su secreto y sus confidencias? Por el contrario, junto a ellos escriben Nuestros mensajeros” [Sûrah Az-Zujruf (43), âyah 80]. Dice también Allâh: “No hay nada que diga sin que tenga a su lado, presente, un vigilante” [Sûrah Qaf (50), âyah 18].
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Pregunté a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Mensajero de Allâh! ¿Cuál sería la causa para mi salvación?” Contestó: “Come lo que es halâl y di la verdad y serás salvado”.
Allâh ama a los veraces y detesta a los mentirosos. Un musulmán se destaca por estar siempre consiente de la consecuencias de la mentira. Hoy en día lamentablemente la mentira es tan barata que el ser humano ya no piense antes de hablar sino que miente incluso por cosas pequeñas; la mentira es casi parte de su vocabulario habitual y le cuesta decir la verdad. Dice Allâh: “No hay nada que diga sin que tenga a su lado, presente, un vigilante” [Sûrah Qaf (50), âyah 18]. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Llegará un día en que la verdad desaparecerá del mundo y el que es veraz será destacado de la gente, dirán la gente conocen a fulano él es veraz”.
La verdad, aunque cueste, duela o sea amarga, conducirá a la salvación; y La mentira, a pesar de que es fácil, dulce o bella, conducirá innegablemente a la destrucción. Dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Aquel que se mantiene en silencio, gana la salvación”.
Luqmân (‘alaihis-salam) estaba una vez sentado acompañado de sus discípulos, cuando paso cerca de él una persona que al reconocerlo le dijo: “¿Eres tú quien yo creo que eres?”, él respondió afirmativamente, y el hombre le dijo: “Pero si tu antes solías llevar a pastar a los animales”, Luqmân (‘alaihis-salam) dijo: “Si”. El hombre preguntó: “¿Pero cómo alcanzaste este estatus?”, Luqmân (‘alaihis-salam) respondió: “Solamente diciendo la verdad y hablando cuando es necesario”.
Recordemos un conocido hadîth de Abû Hurairah (radiallâhu “anhu), quien narró que dijo el Profeta Muhammad (sallallâhu “alaihi wa sallam): “Allâh decidió probar a tres hombres de Bani Isrâîl: un leproso, un calvo y un ciego. Así que les envió un ángel que llegó ante el leproso y le preguntó: “¿Qué es lo que más quieres?” El leproso respondió: “Un buen color y una buena piel, pues la gente me detesta”. El ángel pasó su mano por su piel y le curó la lepra obteniendo un buen color y una buena piel. El ángel le preguntó: “¿Qué bien es el que más quieres?” El hombre respondió: “Camellos”, entonces el ángel le dio una camella preñada y le dijo: “Que Allâh te bendiga con ella”. Luego el ángel se dirigió al calvo y le dijo: “¿Qué es lo que más quieres?” Le respondió: “buen cabello y que desaparezca la calvicie, pues la gente me detesta”. El ángel le pasó su mano y se fue la calvicie y recibió un buen cabello. Luego le preguntó: “¿Qué bien es el que más quieres?”, Le respondió: “Las vacas”. El ángel le dio entonces una vaca preñada y le dijo: “Que Allâh te bendiga con ella”. Luego fue hasta el ciego y le preguntó: “¿Qué es lo que más quieres?” El ciego le dijo: “Que Allâh me devuelva la vista para poder ver a la gente”. El ángel le pasó la mano y Allâh le devolvió su vista. Luego le preguntó: “¿Qué bien es el que más quieres?”, le respondió: “Ovejas” y el ángel le dio entonces una oveja preñada. Y los animales se multiplicaron. El primero tenía un valle lleno de camellos, el segundo un valle lleno de vacas y el tercero un valle lleno de ovejas. Luego, el ángel se presentó ante el que era leproso con la apariencia de un pobre leproso y le dijo: “Soy un hombre pobre que perdió todos sus medios de sustento en un viaje, nadie podrá satisfacer mis necesidades sino Allâh y luego tú. Te pido, en nombre del que te dio un buen color, una buena piel y bienes, un camello para llegar a mi destino”. El hombre dijo: “Tengo muchas obligaciones y no puedo ayudarte”. El ángel le dijo: “Me parece conocerte ¿No eres tú ese al que la gente detestaba, que era pobre y luego Allâh le dio bienes?”, El hombre se negó diciendo: “Yo obtuve esto como herencia de mis antepasados”. El ángel le dijo: “Si estás mintiendo que Allâh te transforme en lo que eras antes”. Luego fue ante el que era calvo con la misma apariencia que él tenía antes y le dijo lo mismo que dijo al que era leproso. El que era calvo le respondió lo mismo que el que era leproso. Entonces, el ángel le dijo: “Si estás mintiendo que Allâh te transforme en lo que eras antes”. Luego fue ante el que era ciego con la apariencia que él tenía antes y le dijo: “Soy un hombre pobre y un viajero en apuros, he perdido mis medios de sustento. Nadie podrá llenar mis necesidades sino Allâh y luego tú. Te pido, por el que te devolvió la vista, una oveja para que llegue a mi destino”. El que era ciego le dijo: “Yo era ciego y Allâh me devolvió la vista, también era pobre y Allâh me enriqueció. Toma lo que desees, pues yo no te negaré lo que tomes por Allâh”. El ángel le dijo: “Quédate con tus bienes, pues los tres habéis sido probados. Allâh está complacido contigo y Su enojo recayó sobre tus dos amigos”.
Roguemos a Allâh para que nos haga de los veraces y aleje de nosotros la mentira. Amîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh