Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 13 de Septiembre de 2024
- Yumu‘ah, 11 de Rabi'ûl-Auwal de 1446
- Imâm: Sh. Soud Ahmad Soud
EL PROFETA MUHAMMAD (SAW), UNA LAMPARA LUMINOSA PARA TODO LOS MUNDOS
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “¡Oh Profeta! Es verdad que te hemos enviado como testigo, anunciador de buenas nuevas y advertidor. Y para llamar a Allâh con Su permiso y como una lámpara luminosa. Y anuncia a los creyentes la buena noticia de que tendrán procedente de Allah abundante favor” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyât 45-46 y 47].
La venida del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue el medio para sacar al hombre de la oscuridad de la ignorancia, hacia la luz de la fe; y de la destrucción y el fracaso, hacia la salvación y el éxito. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue un signo de Allâh de entre los muchos signos de Allâh, y él fue uno de los milagros, de entre muchos milagros de Allâh. Es debido a él (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) que nosotros reconocemos a un sólo Señor, Allâh Subhânahu wa Ta‘âlâ. Él recibió el wahi (la Revelación Divina) desde los cielos y conectó a los moradores de la tierra con su Râb.
Anas Ibn Mâlik (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La persona sólo podrá saborear la dulzura de la fe cuando alcance tres características: Amar a Allâh y a Su Mensajero más que a nadie en el mundo, amar sólo por Allâh y detestar regresar a la incredulidad tanto como detestaría ser arrojado al fuego”.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Las últimas palabras del Mensajero de Allah (sallallahu ‘alaihi wa sallam), fueron: “Cumplan con el salâh, cumplan el salâh y con la responsabilidad que tienen con las personas que están a su cargo”. [Abû Dâwûd].
El carácter noble del Profeta (sallallahu ‘alaihi wa sallam) ante Allah: Como sabemos Allah perdonó todos sus pecados pasados y futuros, a pesar de esto él permanecía de pie durante toda la noche adorando, alabando y llorando en frente de Allah, a tal grado que sus pies se hinchaban. Una vez, ‘Âîshah (radiallâhu ‘anhâ) le preguntó: “¡Oh Rasûlullâh! ¿Por qué te quedas de pie toda la noche adorando a Allah hasta que tus pies comienzan a hincharse? ¿Acaso Allah no te ha perdonado todos tus pecados pasados y futuros?”, entonces Rasûlullâh (sallallahu ‘alaihi wa sallam) respondió: “¡Oh ‘Âîshah! ¿No debo acaso ser un siervo agradecido?”.
El Profeta (sallallahu ‘alaihi wa sallam) aprovechó toda oportunidad para complacer a Allâh. Con su noble carácter él (sallallahu ‘alaihi wa sallam) ganó cercanía a Allah y obtuvo mayor temor de Allah y alcanzó un elevado honor, como se menciona en un Hadîth Qudsi: “Tanto como mi siervo sea puntual con sus adoraciones voluntarias, él tendrá cercanía hacia Mí, hasta que lo ame. Cuando lo ame seré los oídos por los que escucha, seré sus ojos con lo ve, seré sus manos con las que actúa, y seré sus pies con los que camina. Cuando el pida algo de Mí, se lo concederé, cuando él pida protección en Mí, Yo lo protegeré”.
Aswad (radiallâhu ‘anhâ) dijo: “Pregunté a ‘Âîshah (radiallâhu ‘anhâ) acerca de los hábitos del Profeta (sallallahu ‘alaihi wa sallam) en su casa, y ella me dijo: “Acostumbraba a ayudarme con los quehaceres de la casa, pero cuando era el tiempo del salâh, salía hacia la mezquita”.
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), dijo: “Lo más cerca que un Siervo puede estar de su Señor es cuando está en postración, así que invoca a Allâh mucho en ella”. [Muslim y Abû Dâwûd]. Cuando un musulmán está en su salâh está volviendo su rostro hacia Allâh; y cuando él se postra su oración, está lo más cerca que pueda estar de Allâh Altísimo, así que es mejor invocar a Allâh en ese momento. Es sabido que, durante la postración, uno no debería pedir por todas sus necesidades. Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Dirá Allâh Subhânahu wa Ta‘âlâ: “¡Yo soy como mi siervo cree que Soy con él! Estoy con él si Me recuerda. Cuando Me recuerda en la intimidad de su ser, lo recuerdo en la intimidad de Mi Ser, si Me recuerda ante un grupo, lo recuerdo ante un grupo mejor que su grupo”. [Al-Bujâri y Muslim].
Si estás atravesando momentos de angustia y dolor, recuerda a Allâh, invoca Su nombre y pídele ayuda. Coloca tu frente en el suelo y alábalo para obtener así la verdadera libertad. Eleva tus manos mientras realizas la súplica, y pídele constantemente. Póstrate frente a Su puerta, ten buenos pensamientos sobre Él y espera Su ayuda. Entonces encontrarás la felicidad y el éxito verdaderos.
Rabiah Ibn Ka’ab Al-Aslami (radiallâhu ‘anhu), criado del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), y que era de As-Suffa uno de los que estaban instalados al final de la mezquita y que no tenían vivienda por su pobreza dijo: “Dormía con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le solía traer el agua para la ablución y lo que necesitaba. Pues, me dijo: “¡Pídeme algo!” Y yo le dije: “Pide a Allâh que esté yo en tu compañía en el Paraíso” Y dijo: “Pídeme otra cosa que no sea esa” Dije: “¡No, eso mismo!” Dijo: “Ayúdame pues, en mis peticiones, orando tú con frecuencia”.
Otro buen ejemplo, son los pasos de Bilâl (radiallâhu ‘anhu) que escuchó Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el Ÿannah delante de sus pasos. Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró: “En el momento de la oración del Faÿr, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le preguntó a Bilâl (radiallâhu ‘anhu): “Cuéntame de la mejor acción que hiciste después de abrazar el Islam, porque escuché tus pasos frente a Mi en el Ÿannah”. Bilâl (radiallâhu ‘anhu) respondió: “No hice nada que valga la pena mencionar, excepto que cada vez que realizaba abluciones durante el día o la noche, rezaba después de la ablución”.
Ubai Ibn Ka’b (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Hubo un hombre de los Ansâr, de quien no conozco otro que viviera más lejos de la mezquita que él y sin embargo no se le escapaba una oración. Le dijeron: “¡Si te compraras un burro y fueses montado en él, las noches de oscuridad y los días de calor serían menos penosos para ti!”. Dijo el hombre: “¡No me alegraría que mi casa estuviera al lado de la mezquita! Lo que ciertamente quisiera es que se me anotaran mis pasos hacia la mezquita y los de mi regreso con mi familia”. Le dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Allâh, ya te los ha registrado a todos ellos!”. [Muslim].
Um Salamah (radiallâhu ‘anhâ) dijo: “El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) recomendó: “Cumplan con el salâh, cumplan el salâh y con la responsabilidad que tienen con las personas que están a su cargo’, tanto que al no poder decirlo más con sus palabras lo murmuraba en su pecho”. [Ahmad].
La cadena de la Profecía fue completada por nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Él es el Último Profeta de Allâh, y él es el Sello de todos los profetas y mensajeros (‘alaihimus-salâm). Allâh lo hizo el mejor de los modelos y ejemplos a seguir para toda la humanidad.
Hermanos y hermanas, quiera Allah darnos la capacidad entender estas palabras y de seguir el camino recto enseñado por Su elegido, Muhammad (sallallahu ‘alaihi wa sallam). Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh