Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 30 de Agosto de 2024
- Yumu‘ah, 26 de Safar de 1446
- Imâm: Sh. Mohammed Usamah Jada
EL DÎN ES CONSEJO
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ ha dejado claro que, si el ser humano deja de aconsejar a quien lo necesita o si rechaza el consejo de otros cuando lo necesita, está en pérdida, cuando Allâh dice en el Qurân: “¡Por el Tiempo! Que es cierto que el hombre está en pérdida. Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia” [Sûrah Al-‘Asr (103)].
También dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El Dîn (la religión) es consejo” (lo dijo tres veces) Los sahâbah (radiallâhu ‘anhum) dijeron: “¿A quién?”, y dijo: “A Allâh, a Su libro, a Su Mensajero, a los líderes de los musulmanes y a su gente” [Muslim].
El tema de nuestra Jutbah de hoy es un recordatorio para todos nuestros hermanos y hermanas musulmanes que viven en países no musulmanes, como este, sobre lo que debemos hacer para proteger nuestra fe, a nosotros mismos y a nuestras familias.
Recordemos que, Alhamdulillâh somos musulmanes. Tenemos una creencia clara, cuyos pilares más importantes son que creemos en Allâh como nuestro Señor, Creador y Proveedor, y a Él solo debemos adorar y obedecer; solo a Allâh Altísimo debemos temer y solo a Él debemos pedir; a Él regresaremos todos y Él juzgará entre nosotros. Quienes hayan hecho buenas obras en esta vida irán al Ÿannah eternamente, y quienes hayan hecho el mal irán a Ÿahannam. ¡Que Allâh nos proteja!
¿Realmente creemos esto en nuestros corazones? ¿O son solo palabras que nuestras lenguas repiten sin comprender ni actuar en consecuencia? Recordemos que Allâh nos ve en todo momento y en cualquier lugar. No podemos escondernos de Su vista. Él dijo en el Sagrado Qurân: “Sabed que Allâh conoce lo que hay en vuestras almas, así pues, temedle…” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 235].
Recordemos, queridos musulmanes, que solo tenemos una constitución, que es el Sagrado Qurân, es nuestro Libro Sagrado y es la fuente de nuestro poder y conocimiento. Nuestra adoración no será aceptada si no seguimos la guía del Qurân.
Recordemos también que solo hay un ejemplo que debemos seguir y obedecer, el del mejor de entre la humanidad, Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) el Mensajero de Allâh, quien fue enviado como una misericordia para toda la humanidad. Dice Allâh: “Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Allâh y en el Último Día y recuerde mucho a Allâh” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 21].
Hermanos y hermanas, recordemos que tenemos responsabilidades que nadie más puede cumplir por nosotros, y por las cuales nadie será cuestionado ante Allâh en el Día del Qiyâmah, excepto nosotros. Deberes hacia nosotros mismos, hacia nuestras familias, hacia nuestros padres y hacia nuestros hermanos y hermanas en el Islam.
En cuanto a los deberes hacia nosotros mismos, les ruego que nos hagamos estas preguntas: ¿Somos verdaderos creyentes en Allâh? ¿Realmente creemos en nuestro corazón que Allâh es el Único Proveedor y Auxiliador? ¿Reflexionamos acerca de la muerte, la tumba y que volveremos a estar de pie ante Allâh en el Día del Juicio? ¿Pensamos en el Ÿannah y sus eternas bendiciones? ¿Pensamos en Ÿahannam y sus dolorosos castigos? ¿Hacemos aquello que nos acerca al Ÿannah y nos aleja de Ÿahannam? ¿Nos preparamos para el día en que tendremos que responder por nuestra riqueza, juventud y cómo gastamos nuestro tiempo? ¿Realizamos las oraciones obligatorias, es decir, los cinco salâh diarios en su debido tiempo? La oración, que Allâh ha hecho obligatoria para todos, sea sano o enfermo, residente o viajero, en tiempos de paz o de guerra. ¿Son una prioridad para nosotros o es lo último en lo que pensamos? Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El pacto que nos distingue de ellos es la oración, quien la abandona ha caído en la incredulidad?” [At-Tirmîdhî].
Queridos musulmanes: ¿Acudimos a la oración de Yumu‘ah o es acaso más importante nuestro trabajo? El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien abandona tres veces seguidas la oración de Yumu‘ah por desidia, Allâh ha sellado su corazón”.
No debemos olvidar que seremos preguntados sobre nuestras responsabilidades, sobre cómo criamos a nuestros hijos en países donde no se enseña el Islam ni sus valores en las escuelas. ¿Los acompañamos, nos sentamos con ellos diariamente para apoyarlos en fortalecer su fe y enseñarles valores y el Qurân? ¿Sabemos con quién se relacionan? ¿O estamos tan ocupados trabajando día y noche para acumular riqueza que podría ser una fuente de ruina para ellos? ¿Les enseñamos la oración y los incentivamos a realizarlas? ¿Enseñamos a nuestras hijas las virtudes del Islam, la vida de las hijas del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y las incentivamos a tomarlas como ejemplos a seguir? Nuestros hijos son una âmânah que nos ha sido dada y por la cual seremos cuestionados en el Día del Juicio. Allâh dice: “¡Vosotros que creéis! Guardaos a vosotros mismos y a vuestra gente de un fuego cuyo combustible serán los hombres y las piedras. Sobre él habrá ángeles duros y violentos que no desobedecerán a Allâh en lo que les ordene, sino que harán lo que se les ordene” [Sûrah At-Tahrîm (66), âyah 6].
Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cada uno de ustedes es un pastor y cada uno es responsable de su rebaño. El líder es un pastor, y es responsable de su rebaño; un hombre es el pastor de su familia, y es responsable de su rebaño; una mujer es la pastora en la casa de su marido y es responsable de su rebaño (el esposo y los hijos). Cada uno de ustedes es un pastor y es responsable de su rebaño” [Al-Bujari y Muslim].
Queridos hermanos ¿Qué relación tenemos con nuestras esposas? ¿Nos sentamos a hablar con ellas sobre asuntos religiosos y sobre su vida en común? ¿Las tratamos con amabilidad como Allâh ha ordenado, o las oprimimos? Debes saber que el Mensajero de Allâh dijo: “El mejor de vosotros es el que mejor trata a su familia, y yo soy el mejor de vosotros con mi familia” [Ibn Mâyah].
¿Qué relación tenemos con nuestros padres? ¿Los tratamos con afecto y nos aseguramos de su bienestar si están cerca? ¿Los visitamos y mantenemos contacto con ellos regularmente? ¿O estamos tan ocupados con nuestras familias, nuestro trabajo y nuestros hijos que los hemos dejado de lado? Y si han fallecido, ¿los recordamos en nuestras súplicas y hacemos buenas obras en su nombre? ¿Deseamos que nuestros hijos nos traten como tratamos a nuestros padres hoy?
Por otro lado, ¿Qué relación tenemos con nuestros hermanos musulmanes? ¿Visitamos al enfermo? ¿Ayudamos a los necesitados? ¿nos preocupamos por los asuntos de los musulmanes? ¿O estamos solo preocupados por nosotros mismos? ¿Cumplimos con los derechos de nuestros hermanos musulmanes? Estos derechos han sido subrayados por el Islam y promovidos por el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).
Hermanos y hermanas, hoy tenemos la oportunidad de corregir nuestros errores y volver a las bellas y benéficas enseñanzas del Islam, mucho mejor que enfrentarnos al juicio en el Día de la Resurrección, donde no habrá más oportunidades de arrepentimiento.
Que Allâh nos guíe hacia lo que Él ama y acepta. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh