Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 19 de Julio de 2024
- Yumu‘ah, 13 de Muharram de 1446
- Imâm: Sh. Muhammad Usamah Jada
COMO OBTENER LA COMPAÑÍA DEL PROFETA (SAW) EN EL PARAÍSO
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Es parte de la naturaleza humana que nuestros deseos y anhelos nunca cesen. Una persona pobre desea la riqueza; una persona adinerada desea poder y estatus; una persona poderosa desea poder eterno, y así sucesivamente. La mayoría de las personas tienen deseos y anhelos de cosas que pueden suceder en esta vida, pero pocos son aquellos que desean cosas que Allah ha prometido a Sus siervos, que ocurrirán en el Más Allá, y la promesa del Todopoderoso nunca falla, porque Él, Altísimo sea, no falla en Su promesa.
Hoy hablaremos de uno de los deseos más nobles. Es algo que todo musulmán debe anhelar y desear. Es el deseo de acompañar a nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el Ÿannah.
Este no es un deseo de acompañar a un príncipe o a un rey. Sino que es una compañía eterna y perpetua en jardines y ríos, junto al Soberano Todopoderoso. Es la compañía del mejor de las creaciones de Allah. Viene sin humillación ni costo. Es un estado eterno que nunca termina, entre los árboles y ríos del Ÿannah, a la sombra del Trono de Allah. ¡Qué gran logro es ser un compañero del Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)! Es verdaderamente el mejor de los premios.
Hermanos y hermanas, por favor, imaginen que su vecino en el Paraíso es nada menos que el Profeta de Allah, Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). ¡Oh, qué felicidad para quien Allah le concede esta gracia, y qué dicha para quien la obtiene! ¡Qué gran privilegio para quien sea compañero de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en los Jardines del Deleite, para quien sea su vecino en el Jardín de la Eternidad, quien sea compañero del líder de los Hijos de Âdam y el que abrirá las puertas del Ÿannah en el Día del Juicio! Este es un deseo que fue pedido por todos los virtuosos y justos.
Se narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) una noche entró en su Mezquita en la oscuridad y vio a ‘Abdullah Ibn Mas‘ûd (radiallâhu ‘anhu) orando y diciendo en su súplica: “Oh Allah, te pido una fe que no termine, bendiciones que no se acaben y acompañar a Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el Ÿannah”.
Ustedes que oran y piden por el Paraíso, deben saber que el Paraíso tiene varios niveles. Cada habitante estará en un nivel de acuerdo con sus obras. Como Allah dice: “Cada uno tendrá sus grados en la medida de lo que haya hecho. Tu Señor no está descuidado de lo que hacen” [Sûrah Al-An‘âm (6), âyah 132]. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El Ÿannah tiene cien niveles. Entre cada nivel y el siguiente hay una distancia de cien años de caminata” [Ahmad].
Nuestro Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) estará en el nivel más alto en el Ÿannah, en el Firdaus. Acompañarlo en el Ÿannah significa estar con él en el Firdaus y tener los placeres de estar en el Firdaus, el lugar donde se originan los cuatro ríos del Ÿannah.
Nosotros, que decimos amar al Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), ¿Quién de nosotros no desearía acompañarlo en el Ÿannah? ¿Quién de nosotros no desearía siquiera posar sus ojos sobre su bendito rostro? Pero los deseos por sí solos sin acción no tienen valor, y alcanzar los objetivos no se logra solo con desearlos.
Acompañar al Mensajero de Allâh no es un objetivo imposible de alcanzar y no es difícil. Solo necesita trabajo serio y esfuerzo. Entonces, veamos cuáles son las acciones que mencionó el mismo para alcanzar este gran objetivo.
En primer lugar, necesitamos aumentar la cantidad de suÿûd (salâh) que hacemos como oraciones no obligatorias. Él Profeta dijo: “No realizas un suÿûd a Allah excepto que, con ello, Allah elevará tu estatus un nivel y te quitará un pecado” [Muslim].
Esta promesa fue confirmada por otro hadîth que fue narrado por Rabî’ah Ibn Ka’b (radiallâhu ‘anhu), quien dijo que estaba pasando la noche sirviendo al Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y llevándole su agua para el wudû (la ablución). El Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo: “Pídeme cualquier cosa, cualquier favor que pueda hacer por ti” Entonces Rabî‘ah dijo: “Deseo acompañarte en el Ÿannah. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le preguntó: “¿No hay nada más?” Rabî‘ah respondió: “No, solo eso”. Entonces el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo: “Entonces ayúdame a hacerlo por ti postrándote (en salâh) con frecuencia” [Muslim].
En segundo lugar, dedícate a cuidar de los huérfanos, acaricia sus cabezas, seca sus lágrimas, encárgate de todas sus necesidades y asuntos, y espera la promesa de tu querido Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), cuando dijo: “Yo y el tutor del huérfano. Estaremos así en el Ÿannah” y juntó sus dedos en señal de cercanía. [Al-Bujari]. En otra narración de Muslim, mencionó la misma recompensa ya sea que el huérfano sea un pariente del tutor o no. Por ejemplo, si tutelamos a un nieto huérfano o a un hermano huérfano, obtendremos la misma recompensa que al tutelar a un huérfano desconocido.
En tercer lugar, acompañar al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) es algo que se logra por aquellos que lo recuerdan frecuentemente. Narró Tirmîdhî en su Sunan de un hadîth de Ibn Mas‘ûd (radiallâhu ‘anhu) que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Las personas más cercanas a mí el Día del Juicio son las que más salutaciones, paz y bendiciones enviaron por mí”, y en otra narración: “Quien más salutaciones, paz y bendiciones enviaron a mí será el más cercano a mí, en posición”.
En cuarto lugar, las personas más dignas de la compañía del Amado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), son aquellos que tienen el mejor carácter y comportamiento. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Entre los más queridos para mí y los más cercanos a mí en el Día del Juicio están aquellos con el mejor carácter” [Tirmîdhî]. Por el contrario, si una persona tiene mal carácter y comportamiento, estará lejos de la posición del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en la Otra Vida.
Dijo también: “Y entre los más odiados por mí y los más alejados de mí en el Día del Juicio están los habladores excesivos, los arrogantes, y los presumidos”, dijeron los sahabah: “Oh, Mensajero de Allah, conocemos a los habladores excesivos y los arrogantes, pero ¿Quiénes son los presumidos?” Dijo: “Los arrogantes”. Y el arrogante es aquel que se sobrepone a la gente cuando habla [Tirmîdhî].
En quinto lugar, entre las razones para la compañía del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el nivel más alto del Paraíso, encontramos el cuidado de las hijas y hermanas, su educación y el buen trato hacia ellas. El Islam ha asignado a la educación de las niñas una virtud y recompensa que no tiene el varón, y ambos son un regalo de Allah, pero ella será la que críe a las próximas generaciones de creyentes. Ser amable con las mujeres que están bajo nuestra responsabilidad y criarlas correctamente es algo que trae gran recompensa.
Entonces, para aquellos que tienen a su cargos la responsabilidad de criar y formar niñas, deberían alegrarse de que tendrán la compañía del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), y también con el Paraíso que les espera, que es la Morada de los Justos. Disfruten del mejor refugio del Fuego del Infierno. Escuchen la promesa del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) cuando dijo: “Quien cuide de dos niñas hasta que alcancen la pubertad, estará conmigo así en el Día del Juicio” y señaló con su índice y dedo medio. En otra narración, él mencionó: “Quien cuide de dos o tres hijas o dos o tres hermanas hasta que mueran o él muera, entonces estará cerca mío en el Día del Juicio” [Muslim].
En otro hadîth narrado en Ahmad y autentificado por Ibn Hibbân, se señala: “Quien cuide de dos hijas o tres hijas, o dos hermanas o tres hermanas, hasta que mueran o él muera antes que ellas, estaremos yo y él como estos en el Paraíso” y señaló con sus dedos índice y medio juntos.
El cuidado que el Profeta mencionó no solo significa gastar dinero, es más amplio que solo la mantención económica. El cuidado es educación y atención, el cuidado significa cuidar, criar, enseñar e instruir con la fe, sembrar la piedad en su corazón y educarla en la moral del pudor y la modestia.
En sexto lugar, entre las acciones que permiten al siervo alcanzar la compañía de su Profeta querido (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), es el amor sincero por él, desde el corazón.
Un buen ejemplo de esto es, el de un hombre de los compañeros de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), que no es de los primeros en la fe, ni de los de las posiciones mencionadas, ni de los devotos, sino que es uno de la gente común, pero tiene un corazón que late con amor por el Mensajero de Allah. Este hombre encontró al Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en la puerta de la mezquita y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah ¿Cuándo será la Hora?” El Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo: “¿Qué has preparado para ella?” Dijo el hombre: “Oh, Mensajero de Allah, no he preparado mucho de oración, ayuno o caridad, pero verdaderamente amo a Allah y a Su Mensajero”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Tú estarás con aquellos a quienes amas” [Al-Bujari y Muslim]. Ésta marcada declaración al decir “Tú estarás con aquellos a quienes amas” fue una buena noticia para los compañeros (radiallâhu ‘anhum), tanto que Anas Ibn Malik (radiallâhu ‘anhu) dijo: “No nos hemos alegrado por nada después del Islam más que por las palabras del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Tú estarás con aquellos a quienes amas”.
Amar a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no solo implica amar su persona, sino también amar su fe, su Sunnah, sus decretos y sus mandamientos; implica odiar y alejarse de sus prohibiciones y de las cosas que él odiaba. El que va en contra de las enseñanzas del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no puede luego afirmar que lo ama ¿Cómo puede alguien que se burla de sus enseñanzas y toma a la ligera sus instrucciones luego afirmar que lo ama?, es imposible.
Hermanos y hermanas, el verdadero amor tiene signos que actúan como evidencia de este amor, y el signo de nuestro amor por el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) es obedecer sus mandamientos y seguir su Sunnah. Así que, quienes afirman amarlo y desean acompañarlo en el Ÿannah, sepan que obedecer sus mandamientos y seguir sus enseñanzas no solo los acercará a él, sino también al resto de los Mensajeros en el Día del Juicio. Allah dice: “Quien obedezca a Allah y al Mensajero, ésos estarán junto a los que Allah ha favorecido: los profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio y los justos. ¡Y qué excelentes compañeros!” [Sûrah An-Nisâ (4), âyah 69].
Roguemos a Allâh para que nos conceda una fe que no disminuya, bendiciones que no se agoten, buenas obras que no sean rechazadas y nos conceda la compañía de Su querido, el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en el Ÿannah. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh