Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

LAS LECCIONES DEL HAYY

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Allâh dice refiriéndose al santuario de Makkah: “Es cierto que la primera casa que fue erigida para los hombres fue la de Bakka, bendita y guía para todos los mundos. En ella hay signos claros: La estación de Ibrahim; quien entre en ella, estará a salvo” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 96- 97].

El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El Islam está construido sobre cinco pilares: atestiguar que no hay más dios que Allâh y que Muhammad es Su siervo y mensajero, establecer la oración, dar el zakâh, peregrinar a la Casa (en Makkah Al-Mukarramah) y ayunar en Ramadân” [Muslim].

Allâh hizo en el Haÿÿ y los acontecimientos del Haÿÿ y en las distintas etapas del Haÿÿ poseedoras de sabidurías, lecciones, enseñanzas, reflexiones y beneficios para toda la humanidad.

La estación en ‘Arafah una vez reunidos las centenas de millares de personas, esta visión, esta escena nos recuerda a la asamblea después de la resurrección de todos los seres humanos, después de la salida de la gente de sus tumbas con sus mortajas blancas. Allí, en el monte durante la estación no puedes identificar quién es quién, no podemos hacer la diferencia entre el rey y el sirviente, entre el jefe y el empleado, entre el rico y el pobre, todos con una misma vestimenta repitiendo “Labbaik Allâhumma labbaik, labbaika la sharika laka labbaik, innal-hamdah wanni’matah laka wal-mulk, la sharika lak” ¡Heme aquí a Tu servicio, Oh Señor, ¡Heme aquí a Su servicio!, Tú no tienes asociado. ¡Heme aquí a Tu servicio! Toda alabanza es para Ti, y La Bendición, a Ti pertenece el Poder Supremo, no tienes asociado. En cuanto al tawâf, que es un pilar del Haÿÿ, las siete vueltas alrededor de la Ka’bah honrada. Allí puedes ver a los hombres que han dejado su ropa de todos los días con costuras, y envuelve el cuerpo, con dos telas blancas, una para tapar la parte inferior del cuerpo y otra para tapar la parte superior del cuerpo. Dos telas que recuerdan esa famosa mortaja en la cual estaremos envueltos una vez que el alma se haya separada del cuerpo y el gusl funerario realizado. El peregrino lleva solamente esas dos telas y eso indica un desapego momentáneo al menos de las cosas mundanas y las prendas lujosas y atractivas. Imagínate vestido con estas dos telas. Hay una real similitud con la mortaja del muerto. Imagínate ese gran número de musulmanes dando vueltas a la kabah hablando diferentes idiomas, diferentes dialectos, personas de colores diferentes suplicando a Allâh, deseando obtener la misericordia de Allâh y Sus gracias, deseando el paraíso, y en eso hay una señal, una demostración por parte del peregrino como si estuviera diciendo: Esté donde esté, vaya donde vaya estoy firme en la obediencia a Allâh.

Entre las enseñanzas que sacamos de este gran pilar del Haÿÿ, que medites también sobre la situación en la cual estaba Hâÿar con su hijo Ismâ‘îl (‘alaihimus-salâm) cuando el Profeta Ibrâhîm les dejó en Makkah en un tiempo en el cual no había nadie allí, no había cultivos, no había agua, no había habitantes, no había casas. Allâh ordenó a Ibrahim tomar a Hâÿar e Ismâ‘îl (‘alaihimus-salâm) y emigrar hacia Makkah. Entonces los llevó a los dos y comenzó su viaje hasta que Allâh les ordenó detenerse en una tierra completamente vacía, abierta y estéril, donde en el futuro la Ka’bah se iba a construir. Ibrâhîm (‘alaihis-salam) dejó a su familia en un lugar donde no había comida, agua, vegetación o cualquier otro signo de vida existente. Él se alejó y Hâÿar (‘alaihas-salam) le preguntó: “¿Por qué nos dejas aquí?” No hubo respuesta, preguntó otra vez y tampoco hubo ninguna respuesta, le preguntó si Allâh se lo había ordenado, él lo reconoció moviendo su cabeza, entonces ella dijo: “Si es así, entonces Allâh no nos destruirá”. Dice Allâh: “¡Señor nuestro! He hecho habitar a parte de mi descendencia en un valle en el que no hay cereales, junto a tu Casa Inviolable; para que, Señor, establezcan la oración; así pues, haz que los corazones de la gente se vuelquen hacia ellos y provéeles de frutos para que puedan agradecer.¡Señor nuestro! Tú conoces lo que escondemos y lo que manifestamos. No hay nada que pase desapercibido para Allah ni en la tierra ni en el cielo” [Sûrah Ibrâhîm (14), âyât 37 y 38]. Hâÿar (‘alaihas-salam) se sometió a la orden de Allâh. Ella y su hijo Ismâ‘îl (‘alaihis-salam) comieron y bebieron de la poca provisión que Ibrahim había dejado para ellos, hasta que eso también se agotó. Así que ella comenzó a buscar de un lugar a otro comida o bebida. En ese lugar había dos colinas que subió siete veces en total. Hoy los montículos son llamados Safa y Marwah. Finalmente, cuando llegó a la parte superior de Marwah oyó algunos sonidos y cuando vio, había un ángel en el lugar de Zam Zam, donde el agua comenzó a brotar. En otra narración se dice que Ismâ‘îl (‘alaihis-salam) pateo con los talones en ese lugar y por la orden de Allâh el agua brotó desde debajo de la tierra. Y Allâh sabe mejor. Cuando Hâÿar (‘alaihas-salam) vio esto, se puso muy feliz, ella bebió de esa agua y le dio a su hijo también. Respecto del agua de Zam Zam, es oportuno mencionar algunas de sus innumerables virtudes. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La mejor agua sobre la faz de la tierra es el agua de Zam Zam; sirve de alimento y de cura para las enfermedades”. El agua de Zam Zam es la mejor y la más noble de todas las aguas, la más prestigiosa, la más preciada y la más valiosa para los musulmanes. Fue extraída por Ÿibril (‘alaihis-salam) y es el agua con la cual Allâh sació la sed de Ismâ‘îl (‘alaihis-salam).

Otra enseñanza del gran pilar del Haÿÿ es cuando Ibrâhîm (‘alaihis-salâm) dejo el amor que tenía por su hijo por el amor a Allah, Allah lo convirtió en su amigo íntimo. Aquí, podemos observar el resultado de las lecciones de fe, paciencia y resistencia de Ibrâhîm (‘alaihis-salâm), la historia completa la encontramos en el Sagrado Qurân, que dice: “Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: ¡Hijo mío! He visto en sueños que te sacrificaba, considera tu parecer. Dijo: ¡Padre! Haz lo que se te ordena y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes. Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión, lo tumbó boca abajo. Le gritamos: ¡Ibrahim! Ya has confirmado la visión que tuviste. Realmente así es como recompensamos a los que hacen el bien. Esta es, de verdad, la prueba evidente. Y lo rescatamos poniendo en su lugar una magnífica ofrenda. Y dejamos su memoria para la posteridad. Paz para Ibrahim. Así es como recompensamos a los que hacen el bien. Él fue uno de Nuestros siervos creyentes” [Sûrah AsSâffât (37), âyât 102 a 111].

Después de todos estos sacrificios y dificultades, Allâh honró a Ibrâhîm (‘alaihis-salam) y su familia de tal manera que todos los ritos del Haÿÿ que son llevados a cabo son hechos en memoria del Profeta Ibrâhîm (‘alaihis-salam) y su familia, y será recordado hasta el fin de los tiempos.

Hermanos y hermanas, quiera Allâh darnos la capacidad de entender, aprender y poner en práctica estas enseñanzas. Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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