Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

EL ISLAM ES FACIL

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Respetados hermanos y hermanas, dice Allah Altísimo en el Sagrado Qurân: “Y anuncia buenas nuevas a los creyentes” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 223]; dice también: “Hemos hecho que te descendiera a ti el Libro que es una aclaración para cada cosa y una guía, misericordia y buenas noticias para los que se someten (los musulmanes)” [Sûrah An-Nahl (16), âyah 89].

Nuestro amado Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Faciliten las cosas y no las dificulten, den buenas noticias y no espanten a la gente” [Bujari y Muslim]; ha dicho también Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Ciertamente el Dîn es fácil, y quien intente ganarle al Dîn terminará siendo derrotado por él, así que hagan las acciones lo mejor que puedan, acérquense en lo posible a lo que pide Allah y reciban las nuevas de la recompensa. Aférrense al equilibrio, aférrense al equilibrio, que así van a llegar a destino”.

Respetados hermanos y hermanas, Allah ha dejado claro en el Qurân que el Dîn aceptado ante él es el Islâm, ese mismo Islam que alguna vez enseñó Âdam (‘alaihis-salam) a sus hijos, nuestros primeros antepasados; el que Nuh (‘alaihis-salam) predicó a su pueblo; el que Ibrâhîm (’alaihis-salam) practicó en la soledad; el que Mûsa (‘alaihis-salam) predicó al gobernante más opresor de todos los tiempos; el que practicó ‘Isa (‘alaihis-salam) con la amabilidad y compasión que le caracterizaban; y, el mismo Islam que nuestro Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) propagó con tanto sacrificio y tanta entrega, en un mundo sumido en la ignorancia y la oscuridad.

Ese Islam tiene innumerables virtudes, pero hoy nos vamos a centrar en una muy especial: El islam es un Dîn fácil y facilitador para quien lo practica de manera correcta y lo aplica de la forma que enseñó el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Al mismo tiempo es una religión que nos invita a facilitar a los demás y no hacerles difícil la existencia y a dar buenas noticias que alegren a la gente, no cosas negativas que aflijan sus corazones.

El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) enseñó esto con las palabras y la práctica. Hemos citado algunas de sus palabras al respecto, cuando dijo: “Faciliten las cosas y no las dificulten, den buenas noticias y no espanten a la gente” [Bujari y Muslim].

‘Âishah (radiallâhu ‘anhâ) nos habla de lo que era la práctica del Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Dijo ‘Âishah (radiallâhu ‘anhâ): “Siempre que el Profeta estaba ante dos opciones escogía la más fácil, mientras no fuera ilícita, porque si era ilícita, era el primero en alejarse de ella. Eso es una pauta para todos nosotros, debemos buscar la facilidad y no la dificultad, tanto en lo que tiene que ver con nuestra vida mundana como con lo que tiene que ver con nuestro Dîn”.

A veces el deseo de acercarse más a Allah y ser mejores musulmanes nos impulsa a ser muy duros con nosotros mismos en lo que respecta a nuestro Dîn, queremos ser infalibles, cumplir con todo a la vez, llegando incluso a dar una importancia exagerada a algunas cosas, que a pesar de ser opcionales llegando incluso a parecer obras obligatorias y vitales. Esto es incorrecto, porque nos lleva a cansarnos rápidamente y a rendirnos por la dificultad del objetivo que buscamos y nos da una sensación de que el Dîn es algo difícil y casi imposible de practicar, cuando en realidad era fácil hasta que nosotros lo complicamos con nuestra exageración y fanatismo.

Hermanos y hermanas, imagínense ahora la gravedad del asunto cuando aparte de exagerar en la exigencia con nosotros mismos, extendemos nuestra exigencia a los demás, forzándolos a llevar a cabo más de lo que Allah mismo pide y cargándolos con mucho más de sus capacidades. Eso no es de la Sunnah del Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y va en contra de las Órdenes de Allah.

Cierto día, el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) recibió la queja de algunas personas acerca de Mu‘âdh Bin Ÿabal (radiallâhu ‘anhu), uno de sus compañeros más queridos. Este sahâbî dirigía la oración del ‘Ishâ en uno de los sectores de Madinah, pero alargaba mucho la oración, lo que provocó que algunos musulmanes decidieran rezar solos. Cuando la situación se hizo insostenible, elevaron el caso al Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), quien se enojó mucho, hasta que su rostro cambió de color, y le dijo a Mu‘âdh: “¿Acaso quieres alejar a la gente de su religión ¡Oh Mu‘âdh!?” Y luego le ordenó a él y a todos los musulmanes a través de él: “Si alguno de ustedes dirige la oración, que sea breve y que tenga consideración con los que están con él, pero cuando rece solo, que alargue todo lo que quiera”. Obviamente Mu‘âdh (radiallâhu ‘anhu) nunca tuvo una mala intención y evidentemente el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) estaba consciente de ello, pero el daño estaba hecho igualmente y se necesitaba poner un límite al exceso, a pesar de que hubiera nacido de una buena intención.

En otro hadîth el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Ciertamente el Dîn es fácil, y quien intente ganarle al Dîn terminará siendo derrotado por él, así que hagan las acciones lo mejor que puedan, acérquense en lo posible a lo que pide Allah y reciban las nuevas de la recompensa. Aférrense al equilibrio, aférrense al equilibrio, que así van a llegar a destino” En este hadîth el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) afirma que el Dîn es fácil y que quien intenta abarcar más de lo que puede, e intenta practicar una versión más exigente del Dîn, terminará aburrido, cansado e incapaz de cumplir con lo que él mismo se impuso. Luego, sella el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con unas palabras que lo resumen todo: “El equilibrio es lo que nos va a llevar a destino”.

Hermanos y hermanas, el Dîn del Islam entonces es algo sencillo y claro, fácil y a la vez facilitador. El Dîn además es portador de buenas nuevas, y así deben ser también sus practicantes. El musulmán es positivo y propaga el positivismo y la esperanza en Allah.

Citamos en el comienzo el hadîth del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Faciliten las cosas y no las dificulten, den buenas noticias y no espanten a la gente”. Debemos centrarnos en el bien, en las buenas noticias, no en las malas que lamentablemente hoy llenan nuestras redes y noticias.

Queridos hermanos y hermanas, rogamos a Allah que nos permita entender estas palabras y que nos guíe hacia la práctica correcta, sana y equilibrada de nuestro Dîn a la Luz del Qurân y del ejemplo perfecto de nuestro Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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