Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

LAS VIRTUDES DEL HAŸŸ, ‘ARAFAH Y EID AL ADHA

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Respetados hermanos y hermanas, dice Allah Altísimo en el Sagrado Qurân: “¡Por la Aurora!  ¡Por diez noches!” [Sûrah Al-Faÿr (89), âyât 1 y 2]. Dice también: “Es cierto que la primera casa que fue erigida para los hombres fue la de Bakka, bendita y guía para todos los mundos. En ella hay signos claros: La estación de Ibrahim; quien entre en ella, estará a salvo. Los hombres tienen la obligación con Allah de peregrinar a la Casa, si encuentran medio de hacerlo. Y quien se niegue… Ciertamente Allah es Rico con respecto a todas las criaturas” [Sûrah Âli ‘Imrân (3), âyât 96 y 97]. Dice también: “Y cuando preparamos para Ibrahim el lugar de la Casa: No asocies nada conmigo, purifica Mi casa para los que dan vueltas alrededor de ella y los que rezan en pie, inclinados y postrados. Y llama a la gente a la Peregrinación, que vengan a ti a pie o sobre cualquier montura, que vengan desde cualquier remoto camino” [Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 26 y 27].

También ha dicho en otro versículo: “Y hemos hecho para vosotros los camellos corpulentos como parte de los ritos de Allah, en ellos tenéis un bien. Recordad el nombre de Allah sobre ellos cuando estén alineados y una vez hayan caído sobre sus costados; después comed de ellos y alimentad a los necesitados y a los mendigos. Así es como os los hemos subyugado para que quizás fuerais agradecidos. Ni su sangre ni su carne ascienden a Allah, lo que llega a Allah es vuestro temor de Él. Así es como os los ha puesto a vuestro servicio para que ensalcéis a Allah por haberos guiado. Y da las buenas noticias a los que hacen el bien” [Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 36 y 37].

Nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) ha dicho: “El Haÿÿ aceptado no tiene otra recompensa que el Paraíso” [Bujari y Muslim]. Dijo en otro hadîth: “Quien realiza el Haÿÿ y no dice palabras obscenas ni comete pecados, regresará del Haÿÿ como el día en que su madre lo dio a luz” [Bujari y Muslim]. Dijo también: “No hay días en los que las buenas obras sean más amadas por Allah que en estos diez días” [Bujari]. En un hadîth sobre las virtudes del sacrificio, dijo (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El hijo de Adán no hace en el Día del Sacrificio un acto más amado por Allah que derramar sangre. Ciertamente vendrá el sacrificio con sus cuernos, pezuñas y pelos, y será aceptado por Allah antes de que la sangre llegue al suelo. Así que hacedlo con un corazón contento” [Tirmîdhî, sahîh].

Con la entrada de Dhul-Hiÿÿah empiezan unos días muy valiosos, en los que las recompensas de las obras se ven multiplicadas, y se facilitan los caminos para llegar a la complacencia de Allah. los primeros diez días del mes de Dhul-Hiÿÿah son de los mejores días del año, así como las diez últimas noches del mes de Ramadân son las noches más benditas. Por consenso de los sabios de la interpretación del Qurân, las diez noches por las que jura Allah en el comienzo de la Sûrah Al-Faÿr, son las noches de los primeros diez días del mes de Dhul-Hiÿÿah, y se sabe que cuando Allah jura por algo o alguien en el Qurân, es para indicar su valor.

Los primeros diez días de Dhul-Hiÿÿah incluyen el comienzo así como la mayor parte de los ritos del Haÿÿ, que es, a su vez, uno de los cinco pilares del Islam. Narró ‘Abdullah Ibn ‘Umar (radiallahu ‘anhu) que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El Islam ha sido fundado sobre cinco pilares: Atestiguar que no hay divinidad excepto Allah y que Muhammad es Su siervo y mensajero, establecer el salâh, entregar el zakâh, ayunar el mes de Ramadân y peregrinar a la Casa de Allah para quien disponga de los medios para hacerlo”.

Existen varios ahâdîth en los que Rasûlullah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) afirma que las obras son más queridas por Allah durante estos días que en cualquier otro momento del año. Narró el Imâm Al-Bujârî de ‘Abdullah Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhu) que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “No hay días en los que las buenas acciones sean más queridas para Allah que éstos (diez primeros días de Dhul-Hiÿÿah)”. Es por eso por lo que la gente virtuosa de esta Ummah solía esforzarse en estos días más de lo que se esforzaban en la adoración en otras temporadas y competían en acercarse a Allah con buenas obras.

El Haÿÿ no sólo es un pilar del Islam que hay que cumplir si se dispone de los medios para hacerlo, sino que también es un viaje físico y espiritual que nos inculca la humildad y el sentimiento de igualdad entre musulmanes independientemente de su nacionalidad, color, idioma y situación económica. Así como también nos recuerda el momento en que tendremos que estar frente a Allah para la rendición de cuentas, ya que en el Haÿÿ nuestra vestimenta es una tela blanca de lo más simple que hay, muy parecida a la mortaja que nos envolverá en nuestro viaje a la otra vida. En el Haÿÿ se notan las señales del cansancio y el arrepentimiento, el peregrino está cansado, polvoriento, con pelo y uñas descuidados y llora implorando por el perdón y la misericordia de Allah. No es de extrañar entonces que el Haÿÿ tenga una virtud tan grande y recompensas cuantiosas.

Debemos cuidar, eso sí, de no contaminar nuestra peregrinación con malas palabras u obscenidades. Dijo el Mensajero de Allah: “Quien realiza el Haÿÿ y no dice palabras obscenas ni comete pecados, regresará del Haÿÿ como el día en que su madre lo dio a luz.” [Bujari y Muslim]

Entre todos los ritos del Haÿÿ, me voy a detener en dos que son de suma importancia, porque no sólo afectan a quienes tienen el honor de visitar la Casa de Allah, sino que también son de gran importancia para quienes se encuentran en sus localidades:

El primero es el Día de ‘Arafah, el noveno día de Dhul-Hiÿÿah. En ese día se cumple con el pilar fundamental del Haÿÿ, que es permanecer la mayor parte del día en un lugar llamado ‘Arafah, rogando e implorando a Allah, haciendo el salâh y escuchando la Jutbah del îmâm.

Para quienes no están en el Haÿÿ, es igualmente un día de incalculables virtudes, para ellos también es un día de súplica y oración y además un día de ayuno. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue preguntado acerca del ayuno dude ese día y dijo: “Tengo fe en Allah de que el ayuno de ese día borra las faltas del año anterior y del siguiente”. Para quienes están cumpliendo con el Haÿÿ, lo más recomendable es no ayunar, para conservar energía y fuerzas.

El segundo, es el sacrificio del día del ‘Eid, el décimo de Dhul-Hiÿÿah. El sacrificio de animales es muy virtuoso ese día, siendo la obra más amada por Allah. Este sacrificio es una sunnah de los Profetas Ibrahim (‘alaihis-salam) y Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y el objetivo de esos sacrificios es el agradecimiento a Allah por la comida que nos ha dado, así como la generosidad al repartir la carne entre familiares y entre los pobres y los necesitados. Dice Allah Altísimo acerca del sacrificio: “Y hemos hecho para vosotros los camellos corpulentos como parte de los ritos de Allah, en ellos tenéis un bien. Recordad el nombre de Allah sobre ellos cuando estén alineados y una vez hayan caído sobre sus costados; después comed de ellos y alimentad a los necesitados y a los mendigos. Así es como os los hemos subyugado para que quizás fuerais agradecidos. Ni su sangre ni su carne ascienden a Allah, lo que llega a Allah es vuestro temor de Él. Así es como os los ha puesto a vuestro servicio para que ensalcéis a Allah por haberos guiado. Y da las buenas noticias a los que hacen el bien” [Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 36 y 37].

Antes de finalizar nuestra jutbah, recordamos a todos la sunnah del Profeta y sus compañeros de hacer takbirât después de cada salâh obligatorio, comenzando del Faÿr del Día de ‘Arafah (9 de Dhul-Hiÿÿah) hasta el ‘Asr del último de los días del ‘Eid (14 de Dhul-Hiÿÿah). La manera de hacer el takbirât es repetir tres veces después de cada oración: “Allahu Akbar Allahu Akbar Allahu Akbar, la ilaha illallah, Allahu Akbar Allah Akbar wa lillahil-hamd”

Hermanos y hermanas, roguemos a Allah para que acepte el Haÿÿ de todos nuestros hermanos y hermanas que lo han realizado y que lo realizarán este año, y que nos brinde la oportunidad a nosotros también de cumplir con este importante pilar de nuestro Dîn. También pedimos a Allah Altísimo que nos permita a nosotros y a todos los musulmanes de disfrutar el ‘Eid en paz y armonía y con mucha fe en Allah. Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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