La perseverancia en el Islam (Al-Istiqamah) es uno de los principios fundamentales que debe caracterizar la vida del creyente. Se trata de mantenerse firme en la obediencia a Allâh, evitando desviarse del Camino Recto. Allâh ordenó a Su Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Así pues, sé recto tal y como te he mandado, en compañía de los que se han vuelto atrás de su error junto a ti; y no vayáis más allá de los límites, pues en verdad Él conoce perfectamente lo que hacéis” [Sûrah Hud (11), âyah 112].

Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nos enseñó sobre el Istiqamah. Cuando un hombre le pidió un consejo conciso, él respondió: “Di: “Creo en Allâh” y luego mantente firme” [Muslim].

La perseverancia no significa ser infalible, sino volver a Allâh cada vez que caemos. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El creyente no deja de ser probado una y otra vez en su vida, en sus bienes y en su familia, hasta que camina sobre la tierra sin pecado alguno” [Bujari].

Allâh ha prometido grandes recompensas para quienes sean perseverantes, como dice en Su Libro Sagrado: “Realmente los que hayan dicho: Mi Señor es Allâh y hayan sido rectos, los ángeles descenderán a ellos: No temáis ni os entristezcáis y alegraos con la buena nueva del Jardín que se os había prometido” [Sûrah Fussilat (41), âyah 30].

Nuestro querido Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) también dijo sobre los beneficios de la firmeza en la fe: “El mejor de los actos es aquel en el que uno permanece constante, aunque sea poco” [Bujari y Muslim].

Al-Istiqamah no solo es perseverar en la adoración, sino también en la ética y el carácter. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El más amado por mí y el más cercano a mí en el Día del Juicio es aquel que tiene el mejor carácter” [Tirmîdhî].

Un aspecto clave de la perseverancia es mantener la lengua recta, pues el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien crea en Allâh y en el Último Día, que diga lo que es bueno o que se calle” [Bujari y Muslim]. Además, Al-Istiqamah requiere evitar lo prohibido, como dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Hará lícita su entrada al Paraíso aquel que me garantice la protección de lo que tiene entre sus mandíbulas (su lengua) y lo que tiene entre sus piernas (su castidad)” [Bujari].

La perseverancia se manifiesta en la paciencia ante las dificultades. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cuán maravillosa es la situación del creyente, pues todo asunto suyo es bueno, y esto no es para nadie excepto el creyente: si le acontece algo bueno, agradece, y eso es bueno para él; y si le sucede una desgracia, es paciente, y eso es bueno para él” [Muslim].

Allâh dice en el Qurân: “¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la oración; es cierto que Allâh está con los pacientes” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 153]. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), por su parte, también nos enseñó que el esfuerzo por mantenerse firme tiene gran recompensa: “Allâh no priva a Su siervo de una recompensa por el sufrimiento que soporta, incluso si es solo una espina que le pincha” [Bujari y Muslim].

El corazón del creyente necesita constancia, pues el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nos enseñó a hacer la siguiente súplica: “¡Oh, Tú que vuelves los corazones! Mantén firme mi corazón en Tu religión” [Tirmîdhî].

El Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) enfatizó la importancia de la sinceridad en la perseverancia, diciendo: “Las acciones dependen de las intenciones, y cada persona tendrá según su intención” [Bujari y Muslim].

Que Allâh nos conceda Al-Istiqamah hasta el último aliento y nos reúna en Su Paraíso. Âmîn.