Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 6 de Junio de 2025
- Yumu‘ah, 10 de Dhul-Hiyyah de 1446
- Imâm: Sh. Usamah Jada
REFLEXIONES ACERCA DE EID AL ADHA
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Alabado sea Allâh, Señor de los mundos. Alabado sea Allâh, por cuya gracia se completan las buenas obras, por cuyo perdón se borran los pecados y las faltas, por cuya generosidad se aceptan los regalos y las ofrendas, y por cuya clemencia se ocultan nuestras faltas y deslices.
Alabado sea Allâh, Quien da la vida y la muerte, Quien retiene y concede, Quien dirige y orienta, Quien hace reír y hace llorar. Dice Allâh en el Qurân: “Y di: Alabado sea Allâh, que no ha tenido hijo ni compañero en el reino; que no necesita de protector contra la humillación. ¡Y proclámalo con magnificencia!” [Sûrah Al-Isrâ, âyah 111].
Allâhu Akbar, Allâhu Akbar, cada vez que los peregrinos se visten con sus ropas de Ihrâm; Allâhu Akbar, cuando ven por primera vez la Ka’bah y la saludan con reverencia y paz; Allâhu Akbar, cuando tocan la Piedra Negra, circunvalan la Casa, y oran junto al Maqâm de Ibrâhîm; Allâhu Akbar, cuando se iluminan con la luz del Qurân y se alegran con la guía del Islâm; Allâhu Akbar, cuando se detienen en la llanura de ‘Arafâh, cuando claman en Safâ y Marwah con sinceras invocaciones; Allâhu Akbar, cuando su Señor los perdona y toma sus cargas sobre Sí; Allâhu Akbar, cuando lanzan las piedras, se rapan el cabello, se liberan y sacrifican, completando así su peregrinación; Allâhu Akbar, con grandeza; Y alabado sea Allâh en abundancia; Y glorificado sea Allâh en la mañana y en la tarde.
Alabado sea Allâh, Quien hizo de las festividades en el Islâm fuente de alegría y felicidad. Alabado sea Allâh, Quien en estos diez días colmó de favor a todo siervo agradecido. Glorificado sea Allâh, Perdonador del pecado, Aceptador del arrepentimiento, Severísimo en el castigo.
Allâhu Akbar, Allâhu Akbar, Allâhu Akbar. Allâhu Akbar con grandeza. Alabado sea Allâh en abundancia. Glorificado sea Allâh en la mañana y en la tarde.
¡Oh, Señor nuestro! A Ti pertenece toda alabanza en lo secreto y en lo manifiesto, en lo continuo y en lo renovado, en la poesía y en la prosa.
A Ti la alabanza cuando muchos rechazaron la verdad, y nos guiaste al Islâm. A Ti la alabanza cuando muchos se extraviaron, y nos condujiste a la fe. A Ti la alabanza cuando muchos pasaron hambre, y nos alimentaste con Tu sustento. A Ti la alabanza cuando muchos dormían, y nos despertaste para estar de pie ante Ti.
Si no fuera por Ti no nos habríamos guiado, ni habríamos dado caridad ni habríamos orado. Haz descender sobre nosotros serenidad, y afírmanos los pies cuando enfrentemos pruebas.
A Ti la alabanza, Señor nuestro, tantas veces como hay piedras, como hay árboles, como hay seres humanos.
¡Oh siervos de Allâh! Las festividades en el Islam comienzan con el takbîr, y son proclamadas como un llamado a la alegría. Son vividas por hombres y mujeres, por grandes y pequeños. Nuestras festividades son de glorificación y exclamación.
Cuando hacemos el Adhân, decimos “Allâhu Akbar” Cuando comenzamos la oración, decimos “Allâhu Akbar” Cuando sacrificamos, decimos “Allâhu Akbar” Cuando nace un niño, decimos: “Allâhu Akbar” Cuando enfrentamos batallas, decimos “Allâhu Akbar”
Y cuando llega el Eid, lo recibimos diciendo: “Allâhu Akbar, Allâhu Akbar, Allâhu Akbar, lâ ilâha illa Allâh. Allâhu Akbar, Allâhu Akbar wa lillâhil-hamd”.
Esto es cumplir con el mandato de Allâh, que establece: “Para que completen el tiempo establecido, para que engrandezcan a Allâh por haberlos guiado, y para que sean agradecidos” [Sûrah Al-Baqarah, âyah 185].
‘Umar ibn Al-Jattâb (radiallâhu ‘anhu) tenía una tienda en Minâ. Cuando llegaba el Eid, comenzaba a proclamar el takbîr, y toda Minâ lo seguía. Era como si la tierra entera proclamara con él. Como si la Ummah entera declarase que la sumisión solo es para Allâh, la humillación solo ante Allâh, la ayuda y el refugio solo de Allâh, y la confianza y el auxilio solo en Allâh, glorificado sea.
El Eid es una palabra con peso. Proviene de la raíz ‘âda que significa regresar, porque vuelve cada año con alegría renovada. Es una palabra que llena el alma de esperanza y gozo, el corazón de luz y entusiasmo, el rostro de vida y felicidad.
Recuerda al solitario su familia, al enfermo su salud, al huérfano su padre, al pobre su necesidad, al débil su fuerza, al extranjero su tierra. Y les recuerda que Allâh es más fuerte que cualquier fuerte: “Allâh ha decretado: Yo y Mis mensajeros venceremos. Allâh es fuerte y poderoso” [Sûrah Al-Muyâdilah, âyah 21].
Las festividades no son excusa para la desobediencia, el pecado o la transgresión. No son permiso para la desnudez, la música, la arrogancia ni el olvido. No son para olvidar al Creador, sino para recordarlo aún más.
El Eid Al-Fitr viene tras el mes del ayuno. El Eid Al-Adhâ viene tras la peregrinación. Ambas festividades son recompensa tras la entrega.
Y el Haÿÿ ¡Ah, el Haÿÿ! Ayer fue el día de ‘Arafâh. El día del perdón, de la súplica, de la misericordia, de la unidad. El día en que Allâh se enorgullece ante Sus ángeles por Sus siervos. Y hoy es el día del sacrificio. El día en que Ibrâhîm (‘alaihi as-salâm) estuvo dispuesto a entregar a su hijo. Y su hijo, Ismâ‘îl (‘alaihi as-salâm), respondió con obediencia diciendo: “¡Oh, padre mío! Haz lo que se te ha ordenado. Me encontrarás, si Allâh quiere, entre los pacientes” [Sûrah As–Sâffât, âyah 102].
Y cuando ambos se sometieron: “Lo recostó sobre su frente. Y Lo llamamos: ¡Oh Ibrâhîm! Has cumplido la visión. Así recompensamos a los que hacen el bien” [Sûrah As–Sâffât, 103 a 105].
Pero ¿Para quién es realmente la alegría del Eid? ¿Para aquel que desobedece a Allâh mientras sonríe? ¿Para aquel que pasa la noche viendo lo ilícito y el día en negligencia? ¿Para aquel que oprime, calumnia, roba o traiciona? ¡No! La verdadera alegría es para quien: Oró sinceramente; Ayunó con fe; Dio en caridad con humildad; Luchó contra su nafs; Temió a Allâh en cada paso. Para ellos es la promesa: “Di: Con el favor de Allâh y Su misericordia, que con eso se alegren; eso es mejor que cuanto acumulan” [Sûrah Yûnus, âyah 58].
Oh musulmanes: Haced del Eid un día de amor, no de odio; De cercanía, no de enemistad; De reconciliación, no de rencor; Saludad con sonrisas; Perdonad a quienes os ofendieron; Visitad a vuestros padres; Llamad al huérfano; Ayudad al necesitado; Y volved a Allâh con un corazón limpio. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh