Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

APROVECHAR LOS ÚLTIMOS DIEZ DÍAS DE RAMADÂN

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Respetados hermanos y hermanas, dice Allah Altísimo: “¡Competid en las buenas acciones!” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 148]; y ha dicho nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Quién se levante a revivir la Noche del Decreto con fe en Allah y Esperanza en conseguir Su recompensa, le serán perdonada todas sus faltas”.

El mes de Ramadân está por terminar y entramos ya a sus últimos diez días. Veinte días de inmenso valor han quedado atrás rápidamente y se han llevado consigo lo que alcanzamos a realizar de buenas obras. No hay duda alguna de que este último tercio (lo que queda de él) va a pasar igual de rápido y nos encontraremos casi de sorpresa preguntándonos si el día del Eid Al- Fitr será mañana o pasado. Con esto se nos acaban las oportunidades exclusivas que Allah ha puesto en este mes bendito. es hora de redoblar nuestros esfuerzos y aumentar las buenas obras en los días y las noches que quedan, teniendo en cuenta que cualquiera de las noches restantes, especialmente de las noches impares, pueden ser la Noche de Decreto, la noche más importante del año.

El mes de Ramadân es tan importante y bendito, que la sola llegada de este es motivo de perdón de las faltas, aun haciendo lo mínimo de nuestro deber como musulmanes, es decir rezar las oraciones obligatorias, ayunar y apartarse de los pecados. Todo lo que va más allá de eso, es una manera de acumular más y más recompensas y sumergirnos más y más en la Misericordia de Allah. Por eso, nuestro amado Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) aprobó una súplica del Ángel Ÿibrîl (‘alaihis-salam) que se refería con palabras muy duras a quien alcanza el mes de Ramadán pero aun así no logra que sus pecados sean perdonados.

Cierto día el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) subió a su púlpito, que tenía tres escalones. Cuando ascendió al primero dijo: “Amin”, lo mismo cuando ascendió al segundo y al tercero. Sus compañeros se extrañaron por esa actitud del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), que no habían visto en él antes, y sobre todo porque la palabra “Amin” se utiliza después de una súplica que uno dice o escucha, pero en este caso ni él había hecho una súplica, ni se había escuchado alguna. Los compañeros preguntaron al profeta por qué había hecho eso, entonces él respondió que mientras subía al púlpito, Ÿibrîl  (‘alaihis-salam) hizo tres súplicas, a las que él respondió con “Amin”. en una de esas súplicas Ÿibrîl dijo: “Aquel que alcance el mes de Ramadân y no consiga el perdón de Allah y entre al Infierno, que Allah lo aleje (de Su Misericordia)”.

Ya habrá tiempo de revisar lo que hemos hecho u omitido en los veinte días pasados y de evaluar nuestro desempeño en los primeros dos tercios del mes de Ramadân. Puede que podamos hacer algo de eso en estos días con el objetivo de enmendar las posibles faltas, pero por ahora debemos enfocar nuestros mejores esfuerzos en aprovechar los escasos días y noches restantes. Cada minuto cuenta hasta que veamos el creciente de Shauwâl en el cielo.

El Mensajero de Allâh es nuestro mejor ejemplo. Dijo ‘Aîshah (radiallâhu ‘anhâ): “Cuando llegaban los últimos diez días de Ramadân, El Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) despertaba a su familia, revivía las noches, aumentaba sus esfuerzos, y se alejaba de sus esposas (es decir, no mantenía relaciones con ellas, porque cumplía con el retiro en las noches en la mezquita)”. También dijo ‘Aîshah (radiallâhu ‘anhâ): “El Mensajero de Allah se esforzaba en los últimos diez días más de lo que se esforzaba en cualquier otro día”.

Hermanos y hermanas, una de las razones de la importancia del último tercio de Ramadân es porque entre sus noches está la Noche del Decreto (Lailatul-Qadr), está es una noche muy virtuosa, que puede ser cualquiera de las últimas diez, especialmente las impares, pero no todos los años es la misma. La mejor manera de aprovechar esa noche es asignando unas horas de cada noche para la adoración, de esa manera estaremos seguros Inshâ Allah de haberla aprovechado, porque uno alcanza sus virtudes por el simple hecho de aprovecharla o parte de ella en la adoración de Allah Altísimo, aún si no sabemos con certeza qué se trata de la Noche del Decreto.

Acerca de esa noche Allah dice: “Es cierto que lo hicimos descender en la noche del Decreto ¿Y cómo hacerte saber qué es la noche del Decreto? La noche del Decreto es mejor que mil meses. En ella descienden los ángeles y el espíritu con las órdenes de tu Señor para cada asunto. Paz, ella dura hasta el despuntar del alba” [Sûrah Al-Qadr (97)].

Hermanos y hermanas rogamos a Allah Altísimo que nos permita aprovechar estos últimos días y noches de Ramadân de manera que se borren todas nuestras faltas, consigamos la liberación del Fuego del Infierno, y nos cubra la Misericordia de Allah. Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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