Jutbah Semanal
Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.
- Viernes, 25 de Abril de 2025
- Yumu‘ah, 27 de Shauwâl de 1446
- Imâm: Sh. Soud Ahmad Soud
EL SINCERO Y PROFUNDO AMOR DE LOS CREYENTES, POR ALLAH
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hoy reflexionamos sobre una cualidad esencial de los verdaderos creyentes, como es su amor sincero y profundo por Allah Subhânahû wa Ta’âlâ. El Sagrado Libro de Allâh dice claramente: “… pero el amor por Allah de los que creen es más fuerte” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 165]. Esta no es una descripción poética, es una realidad vivida por quienes han probado la dulzura de la fe.
El amor por Allah no es una emoción superficial, es más bien un fuego interior que guía las decisiones, ordena las prioridades, y da sentido a cada acción. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien posea tres cualidades hallará el dulzor de la fe: Que Allah y Su Mensajero le sean más queridos que cualquier otra cosa; que ame a alguien sólo por Allah Altísimo; y que deteste regresar a la incredulidad como detestaría ser arrojado al Fuego” [Bujari y Muslim].
Este amor se manifiesta en obediencia, en sacrificio y en preferir la Voluntad de Allah, incluso por encima de nuestros deseos más profundos. Cuando una persona verdaderamente ama a Allah, ese amor se refleja en cómo trata a los demás, en cómo responde a las pruebas de Allâh, en cómo busca complacer a su Creador, aún si eso implica perder el agrado de las personas.
Allah nos dice también en el Qurân: “Di: Si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará y perdonará vuestras faltas. Allah es Perdonador y Compasivo” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 31]. Seguir a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no es una sugerencia, es una prueba del amor verdadero. No basta con decir “amo a Allah”; es necesario demostrarlo en la práctica, y eso incluye seguir el ejemplo de Su Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en carácter, en adoración, en paciencia y en entrega, etc.
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) también dijo: “Ninguno de ustedes creerá verdaderamente hasta que yo le sea más amado que su padre, su hijo y toda la humanidad” [Bujari y Muslim], y esto no es fanatismo, es reconocer que el el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue el medio por el cual conocimos a Allah. Amarle más que a cualquier otro ser humano es natural para quien comprende su rol y su mensaje.
Allah describe a los verdaderos creyentes con estas palabras: “Allah traerá a otros a los que amará y por los que será amado, humildes con los creyentes y altivos con los incrédulos. Lucharán en el camino de Allah y no temerán la calumnia del maldiciente” [Sûrah Al-Mâîdah (5), âyah 54]. Este amor mutuo entre el Creador y Su siervo transforma completamente la identidad del creyente. Ya no actúa por ego ni por aprobación social, sino por convicción y por deseo de complacer a Allah Subhânahû wa Ta‘âlâ.
En otro hadîth, el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) narró que Allah dijo: “Mi siervo no se acerca a Mí con nada más amado para Mí que lo que le he ordenado. Y sigue acercándose a Mí con obras voluntarias hasta que lo amo. Y cuando lo amo, soy el oído con el que escucha, la vista con la que ve, la mano con la que golpea y el pie con el que camina. Y si Me pide, le daré; y si busca Mi protección, lo protegeré” [Bujari]. Este es el estado más elevado: Vivir bajo el amparo del amor de Allah Altísimo. No es fantasía, es una Promesa Divina.
Ahora bien, ¿Cómo se cultiva ese amor?: Conociendo a Allah, recordándolo constantemente, reflexionando en Sus Nombres y Atributos, obedeciéndolo en lo público y en lo secreto, y apartándose de todo lo que Él odia. Uno de los sahâbah dijo: “Quien conoce a Allah, no puede evitar amarlo.”
Queridos hermanos y hermanas, el amor verdadero por Allah no es una emoción pasiva, es una fuerza activa, un compromiso de vida. Es lo que llevó a Bilâl (radiallâhu ‘anhu) a soportar torturas sin renunciar al tauhîd; a Jabbâb (radiallâhu ‘anhu) a soportar las brasas en su espalda siendo torturado por los incrédulos de Makkah; y a millones de musulmanes a vivir vidas honestas, rectas y piadosas aún en medio de la oscuridad de este mundo.
Pidamos a Allah que nos conceda un corazón lleno de Su amor, y que nos permita amar lo que Él ama y odiar lo que Él odia. Pidámosle que no nos deje solos ni un instante, y que nos guíe constantemente a todo lo que acerque nuestros corazones a Él, Altísimo sea.
¡Oh, Allah! Haznos de aquellos que Te aman sinceramente, y que son amados por Ti. No pongas en nuestros corazones amor por este mundo a expensas de Tu agrado. Haznos firmes en la fe, humildes en el carácter y constantes en la obediencia. Âmîn.
Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh