Jutbah Semanal

Traducción al español de la Jutbah que se dicta en árabe desde el Mimbar de Mezquita As-Salam, cada viernes y en los Eid.

BUSCANDO LA CERCANÍA CON ALLÂH

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Allâh Altísimo, concedió a nuestro Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) la elocuencia, dándole la capacidad de expresar grandes significados con pocas palabras. Los eruditos han dedicado grandes esfuerzos a explicar sus dichos y, de hecho, algunos ahâdîth han sido objeto de estudios detallados debido a la sabiduría profunda que encierran. Uno de estos ahâdîth dignos de reflexión es el Hadîth Qudsî, que es un dicho sagrado de Allâh, en el que el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) relata de su Señor, lo siguiente: “Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ ha dicho: “Quien se enemiste con uno de Mis siervos cercanos, le declaro la guerra. Mi siervo no se acerca a Mí con nada más querido para Mí que aquello que le he prescrito, y continúa acercándose a Mí con obras voluntarias hasta que le amo. Cuando le amo, soy su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que toma, y su pie con el que camina. Si Me pide algo, se lo concedo, y si busca refugio en Mí, lo protegeré. Y no vacilo en nada como vacilo en quitar la vida a un creyente, pues él odia la muerte y Yo odio causarle dolor” [Al-Bujari].

A partir de este hadîth nos podemos preguntar: ¿Quién es el walî (siervo cercano a Allâh)? ¿Cuáles son sus características? ¿Cómo puede una persona llegar a esta categoría de proximidad a Allâh? ¿Es necesario que el walî se dedique exclusivamente al culto, como lo hacían los monjes de Bani Isrâîl, o puede ser un agricultor, herrero, carpintero, vendedor o médico, y aun así ser un walî de Allâh? ¿Puede alguien que no estudia ciencias religiosas extensamente o no realiza abundante adoración alcanzar esta categoría?

Allâh, Glorificado y Exaltado, describe a los auliyâ, sus siervos cercanos, en el Sagrado Qurân, diciendo: “¿No es cierto que los amigos de Allâh no tendrán que temer ni se entristecerán?” [Sûrah Yûnus (10), âyah 62]. No tienen miedo de lo que les espera en la Otra Vida, ni tristeza por lo que dejaron en esta vida, porque Allâh es su Protector, incluso después de su muerte. Luego Allâh menciona su cualidad: “Esos que creyeron y tuvieron temor de Él” [Sûrah (10), âyah 63].

No se trata de simplemente de apariencia y dedicarse al culto en la mezquita. Se narra que cuando tres hombres fueron a las casas de la esposa del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y preguntaron acerca de su adoración, al ser informados, consideraron que era poca en comparación con su rango de Profeta, dado que ya había sido perdonado por Allâh. Entonces, uno de ellos dijo: “Yo oraré toda la noche”, el otro dijo: “Yo ayunaré todos los días y no romperé mi ayuno”, y el tercero dijo: “Yo me apartaré de las mujeres y no me casaré nunca” [Al-Bujari y Muslim]. Sin embargo, el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no los alentó, sino que les reprendió diciendo: “Yo soy el más temeroso de Allâh entre vosotros, pero ayuno y rompo el ayuno, rezo y duermo, y me caso con mujeres. Quien no siga mi camino no es de los míos”.

Uno no puede ser amigo de Allâh sin cumplir con dos condiciones: Tener fe y ser piadoso. La primera es la fe en Allâh, honrarle y seguir Sus órdenes, sin asociar con Él nada ni nadie. La segunda es la piedad, que implica evitar el pecado, tanto en acciones como en palabras. Ser cuidadoso con lo que miras, escuchas, hablas, y ser justo con los demás. Evitar cualquier comportamiento dañino hacia los demás o guardarles rencor.

Allâh dice en el Hadîth Qudsî mencionado: “Quien se enemiste con Mi siervo cercano, le declaro la guerra” mostrando así el peligro de enfrentarse a aquellos que son cercanos a Allâh. Además, Allâh dice: “Mi siervo no se acerca a Mí con nada más querido que lo que le he prescrito, y continúa acercándose a Mí con actos voluntarios hasta que le amo” indicando que las obras obligatorias son las más queridas para Allâh, como las oraciones diarias, el ayuno de Ramadân, el zakâh y el Haÿÿ.

Cuando un musulmán cumple diligentemente con las obligaciones que Allâh le ha prescrito, se aproxima cada vez más a Él, alcanzando el estado de wilaya (ser un siervo cercano a Allâh). El Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo en otro hadîth: “Sed rectos y no podréis enumerar todas vuestras buenas acciones; y sabed que lo mejor de vuestras obras es la oración, y sólo un creyente preserva su ablución” [Ahmad]. También dijo (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “La oración es lo mejor que se ha prescrito, quien pueda aumentar sus oraciones, que lo haga” [Ahmad y At-Tabarani].

La oración en su tiempo es el mejor acto de adoración. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) solía estar ocupado ayudando a su familia, pero cuando llegaba la hora de la oración, dejaba todo y se dirigía a la Mezquita. La oración tiene un tiempo exclusivo, que no pertenece a nadie más: ni a tu cónyuge, ni a tus hijos, ni a tu trabajo, ni a ningún otro compromiso. Este es el tiempo para Allâh.

No hay nada más grandioso para acercarse a Allâh después de la creencia en Su Unicidad, que cumplir con las obligaciones como la oración, el ayuno, el zakâh y el Haÿÿ. Por ello, debemos valorar y priorizar estas obligaciones, cumpliéndolas en su tiempo y con devoción. Levántate para la oración del Faÿr y no te duermas durante la oración de ‘Asr. Cumple con tu zakâh asegurándote de calcularlo correctamente. Ayuna en Ramadân, evitando cualquier acción que pueda invalidar o disminuir su recompensa. Realiza tu Haÿÿ ó ‘Umrah obligatorios si tienes la capacidad de hacerlo.

El Hadîth Qudsî continúa diciendo: “Mi siervo sigue acercándose a Mí con actos voluntarios hasta que le amo”. Esto indica que el siervo cercano a Allâh no solo cumple con las obligaciones, sino que también se esfuerza por realizar los actos voluntarios, como la oración del duhâ, el witr por la noche, las oraciones supererogatorias antes y después de las oraciones obligatorias, y ayunos voluntarios como los de los lunes y jueves.

Este siervo se esfuerza constantemente por aumentar su cercanía a Allâh a través de actos voluntarios. Por ejemplo, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien reza cuatro raka’ât antes y después de la oración del Dhuhr, Allâh lo hará inmune al Fuego del Infierno” [Ahmad]. Además, él cuida las oraciones voluntarias entre el adhân y el iqâma, ya que el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Entre cada adhân e iqâma hay una oración” [Al-Bujari y Muslim].

Este walî (siervo cercano a Allâh) se esfuerza en hacer el bien, dar en caridad, ayunar, realizar oraciones nocturnas, y cumplir con la adoración, no sólo para cumplir con las obligaciones, sino por amor a Allâh. En secreto da en caridad, reza la oración del duhâ cuando nadie lo ve, reza el witr antes de dormir, ayuna voluntariamente, y realiza el Haÿÿ ó ‘Umrah adicionales si puede.

Este siervo continúa ascendiendo en cercanía a Allâh hasta que llega a un estado en el que Allâh lo ama y le otorga Su protección y compañía. Allâh dice: “Cuando le amo, soy su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que toma, y su pie con el que camina”. Esto significa que cuando el siervo alcanza este nivel de Amor Divino, su vida entera está en conformidad con lo que Allâh ama y desea. Sus oídos no escuchan lo prohibido, sus ojos no miran lo ilícito, sus manos no tocan lo que es harâm, y sus pies no caminan hacia lo que desagrada a Allâh. Este es el grado más elevado de devoción, en el que el siervo se convierte en un reflejo de la Guía y Misericordia de Allâh. Todo su ser se alinea con la Voluntad de su Creador. Cuando este siervo pide algo a Allâh, Él se lo concede, y si busca refugio en Él, Allâh lo protege.

Hermanos y hermanas, esta promesa Divina no se limita a la otra vida, sino que también incluye las necesidades de esta vida. Allâh, en Su infinita misericordia, responde a las súplicas de Sus siervos amados en asuntos tanto de la vida mundana como la de la otra vida. Si este siervo pide por la curación de un hijo enfermo, por la solución de sus problemas financieros o por protección contra sus enemigos, Allâh le responde y le concede lo que pide. Tal es la cercanía que Allâh otorga a Sus siervos queridos.

Un claro ejemplo de esto es cuando el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) suplicó en la batalla de Badr, levantando sus manos al cielo y diciendo: “Oh, Allâh Concédeme lo que me has prometido. Si destruyes a este grupo de creyentes, no quedará nadie para adorarte en la tierra”. Y Allâh respondió enviando mil ángeles para asistir a los creyentes.

El camino hacia la cercanía con Allâh está abierto para todo aquel que crea y tenga temor de Él. Pidamos a Allâh que llene nuestros corazones con Su fe y que nos conceda Su proximidad. Roguemos que seamos de Sus siervos cercanos y protegidos. Âmîn.

Was-salâmu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakâtuh

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