- Viernes, 10 de Febrero de 2023
- Yumu‘ah, 19 de Raÿab de 1444
- Imâm: Sh. Yusuf G. Hoosen
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Como humanos no sabemos ni siquiera lo que ocurre con nosotros mismos, pero nada está oculto para Allâh, por eso que todo el tiempo se nos alienta a estar conscientes de Allâh. Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “Él tiene las llaves del No-Visto Y sólo Él lo conoce; y sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro” [Sûrah Al-An‘âm (6), âyah 59].
Dice también Allâh: “Puede que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que es un mal. Allâh sabe y vosotros no sabéis” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 216].
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El que probará la dulzura del Imân, es aquel quien está complacido con Allâh como su Señor, el Islam como su Dîn y Muhammad como su Mensajero y Profeta”.
Hermanos y hermanas, la satisfacción en lo que Allâh elige para Su siervo son unas de las cosas que suscitan la tranquilidad interior y arraigan el Imán en el corazón.
La satisfacción es la puerta suprema de Allâh, el jardín de esta vida, el lugar de descanso de los adoradores y la frescura de ojos de los que tienen anhelo. No hay que tomar como criterio aquellas cosas cuya atracción, amor, repulsión u odio perjudican o benefician, sino que hay que tomar como criterio lo que Allâh ha elegido para Su siervo a través de Su comando y de Su prohibición, porque Él tiene más conocimiento que el siervo, tiene más misericordia que su madre que le dio a la luz.
Si una situación alcanza el nivel crítico, debemos saber que luego llegará la luz y se abrirá una salida. Allâh dice: “Quien teme a Allâh, Él le dará facilidad en lo suyo” [Sûrah At-Talâq (65), âyah 4]. Sé positivo y espera lo mejor, ya que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) transmitió estas palabras de Allâh en un Hadîth Qudsî (dicho Sagrado de Allâh): “Soy con Mi siervo como él piensa de Mí”. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo también: “Ten en mente que el éxito se alcanza con la paciencia y el alivio llega después de la dificultad”. No te deprimas, porque tienes a tu Señor, quien dio solución a tus asuntos ayer y te las dará de igual manera mañana.
Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhu) perdió la vista, pero encontró alivio al pronunciar las siguientes palabras: “Si Allâh me quita la luz de mis ojos, mi corazón permanecerá iluminado, mi corazón entiende y mi mente no es perversa, y mi lengua es como el filo de una espada sin desenfundar”. Se consoló a sí mismo recordando los innumerables favores de Allâh que aún le quedaban habiendo perdido sólo uno de ellos.
En un solo día ‘Uruah Ibn Az-Zubair (radiallâhu ‘anhu) perdió una de sus piernas y se enteró que su hijo había muerto. Esta fue su reacción: “¡Oh Allâh! A Ti pertenecen todas las alabanzas. Si lo has quitado, también me lo has dado. Y si me has puesto a prueba con estas dificultades, también me has salvado y cuidado. Me has dado cuatro extremidades, más sólo te has llevado una. Me has bendecido con cuatro hijos más sólo te has llevado uno”.
Allâh les retribuirá por haber tenido paciencia, como señala en el Sagrado Qurân: “Su recompensa por haber tenido paciencia es un jardín y seda” [Sûrah Al-Insân (76), âyah 12]. Dice también Allâh en otro Hadîth Qudsî: “¡Oh, hijo de Âdam! No tengas miedo de Mi reino mientras Yo sea el Rey, (Mi reino) nunca disminuirá, por eso recuerda que mientras me pidas, con toda seguridad recibirás. Si te vuelven hacia cualquiera, esto será para ti una gran pérdida. ¡Oh, hijo de Âdam! Te he creado para Mi adoración, por eso, no juegues, Yo he decidido tu sustento, no te agotes; si es mucho, no te alegres; y si es poco, no te entristezcas”.
Si estás atravesando momentos de angustia y dolor, recuerda a Allâh, invoca Su nombre y pídele ayuda. Coloca tu frente en el suelo y alábalo para obtener así la verdadera libertad. Eleva tus manos mientras realizas la súplica, y pídele constantemente. Póstrate frente a Su puerta, ten buenos pensamientos sobre Él y espera Su ayuda. Entonces encontrarás la felicidad y el éxito verdaderos. Si ves que la cuerda se tensa cada vez más, sabe que se cortará
Luego de las lágrimas llegará la sonrisa, el miedo será reemplazado con el bienestar y la serenidad se apoderará de la ansiedad. Mûsâ (‘alaihis-salam) no se ahogó en el Mar, porque pronunció firmemente con confianza y fortaleza: “No, mi Señor está conmigo y Él me guiará” [Sûrah Ash-Shu‘arâ (26), âyah 62].
Abû Yahia Suhaib Ibn Sinan (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Allâh, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien para él”.
Todo lo que Allâh decreta para el musulmán es bien. No hay dificultad que no desaparezca, y no hay tristeza a la que no sigua la felicidad; junto a la dificultad hay facilidad; y no predomina una dificultad por encima de dos facilidades. No hay tristeza ni felicidad que perduren y no hay flaqueza ni miseria que perduren. Allâh no toma de Su siervo sino para darle y no le prohíbe algo sino para recompensarlo con algo mejor.
Umm Salamah (radiallâhu ‘anhâ) narró: “Escuché al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) decir: “Si cuando a un musulmán le sucede una desgracia, dice lo que Allâh le ordenó: “Ciertamente pertenecemos a Allâh y ciertamente a El regresaremos ¡Oh, Allâh recompénsame por mi desgracia y dame en su lugar algo mejor” Allâh le dará algo mejor en su lugar!”. Cuando murió Abû Salamah (radiallâhu ‘anhu) dije: “¿Qué musulmán es mejor que Abû Salamah? Su familia fue la primera en emigrar con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)”. Luego dije las palabras (que Allâh ordenó), entonces Allâh me dio en su lugar al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) como esposo”.
El Imâm Ahmad (rahmatullâhi ‘alaihi), durante la agonía, señalaba su barba mientras los demás le realizaban la ablución, recordándoles que no dejaran ni un lugar de su cuerpo sin purificar. Dice Allâh: “Y Allâh les dio la recompensa de esta vida y la hermosa recompensa de la Última. Allâh ama a los que hacen el bien” [Sûrah Ali ‘Imrân (3), âyah 148].
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “No se preocupen de aquellos que están sobre ustedes en relación con su riqueza, sino que mejor aún preocúpense de aquellos que están bajo ustedes, porque ciertamente cuando el hombre se preocupa de aquel que está sobre sí en cuanto a riqueza, empequeñece los bienes que posee, pero si el hombre se preocupa de aquellos que están bajo él económicamente, entonces apreciará aquello que posee y dará las gracias a Allâh por sus bendiciones”.
Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh