- Viernes, 17 de Marzo de 2023
- Yumu‘ah, 25 de Sha'bân de 1444
- Imâm: Sh. Yusuf G. Hoosen
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Comúnmente nos preparamos para dar una buena recepción a una visita de acuerdo con el grado, el valor y el honor de nuestra visita; mientras más valiosa la vista, más importante y más honradas serán las condiciones de su recepción, y estas se manifiestan de acuerdo con su nobleza, entonces su bienvenida será muy dichosa; mientras que, si el valor y el honor de la visita es menor, su recepción pasa casi desapercibida, incluso cae pesada. Esa es una Sunnah innata, porque Allâh formó los corazones de acuerdo con ella y así lo confirmaron los Mensajes Celestiales, además de las costumbres humanas.
Hoy estamos hablando de la recepción de una visita que, por más de 1444 años, la Ummah en forma unánime ha estado de acuerdo en su gran honor y valor, y a lo largo de todos estos años esperamos la llegada de esta visita ansiosamente y con mucha Alegría. Esta visita es el Bendito Mes de Ramadân.
La palabra “Ramadân” es el nombre de un lapso de tiempo que Allâh Altísimo definió como de un mes, como señala en el Qurân: “En el mes de Ramadân fue revelado el Qurân como guía para la humanidad y evidencia de la guía y el criterio. Quien presencie la llegada de [la Luna nueva de] el mes deberá ayunar, pero quien esté enfermo o de viaje [y no ayune] deberá reponer posteriormente los días no ayunados y así completar el mes. Allâh desea facilitarles las cosas y no dificultárselas; alaben y agradezcan a Allâh por haberlos guiado” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 185].
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) también lo nombró así cuando dijo a sus sahabah (radiallâhu ‘anhum) al final del mes de Sha’bân: “¡Oh gentes! Un mes auspicioso y bendito ha descendido sobre ustedes”. Entonces Ramadân es uno de los doce meses del año lunar, que es el año que Allâh escogió para calcular los tiempos del universo con exactitud. Dice Allâh: “El número de meses para Allâh es doce, porque así Él lo decretó el día que creó los cielos y la Tierra” [Sûrah At-Taubah (9), âyah 36]. Ese es el año exacto y perfecto para un musulmán, lo que no impide que podamos usar los años que se usan hoy día por costumbre, pero no son tan exactos como el año que Allâh decidió para nosotros.
A este mes recibiremos muy pronto. El mismo Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) anunciaba la cercanía de su recepción dos meses antes, apenas que entraba el mes de Raÿab, diciendo: “Allâhumma bârik lanâ fî Raÿab wa Sha’bân wa balignâ Ramadân (¡Oh Allâh! Bendice para nosotros Raÿab y Sha’bân, y haznos llegar a Ramadân)” [Tabarani].
Cuando este bendito mes se acercaba más, daba la buena noticia a sus compañeros, como fue recopilado por Ahmad y An-Nasai del hadîth transmitido por Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu), en que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) solía dar la buena noticia a sus compañeros diciendo: “¡Oh gentes! Un mes auspicioso y bendito ha descendido sobre ustedes. Allâh ha hecho obligatorio el ayuno. Cuando llega el mes de Ramadân se abren las puertas de los Paraísos, se cierran las puertas de los infiernos y los demonios son encadenados. En dicho mes hay una noche que es superior a mil meses, quien se prive de su bondad, la pierda”.
Dicen algunos de los ‘Ulamâ que este hadîth es la base de la prueba que es licito que los creyentes se feliciten entre ellos por la llegada del mes de Ramadân; y como no hacerlo si la buena noticia de su llegada, la anunció Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), y como no felicitar a los creyente por la apertura de las puertas de los Paraísos para sentir sus placenteros aromas y como no dar la buena noticia al pecador, y desear que se alivie el peso y ardor de sus errores y sienta algo de la frescura de alejase de ellos durante este mes, abriéndole durante el mes todas las puertas del Taubah (arrepentimiento). Y como no dar la buena noticia al sensato que por un mes serán encadenados los demonios para que se concentre aún más en su ‘Ibâdât (adoraciones) y permanezca más en el Dhikr de Allâh y en el Du‘â. ¿Qué otro lapso de tiempo puede ser parecido a este Bendito Mes de Ramadân?
‘Ubâdah Ibn As-Sâmit (radiallâhu ‘anhu) narró que un día, cuando Ramadân se acercaba, Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El mes de Ramadân; el mes de las bendiciones, ha venido a ustedes. En él, Allâh se vuelve hacia vosotros y les envía su especial Misericordia, perdona sus faltas, acepta sus súplicas, acepta su competencia en hacer cosas buenas y se vanagloria de ustedes ante los ángeles. Así que muéstrenle a Allâh su rectitud; ya que ciertamente, el más desafortunado es aquél que es privado de la Misericordia de Allâh durante este mes”.
Para entender más el valor de sus virtudes y la importancia de aprovechar mejor el mes de Ramadân, los ‘Ulamâ contaron algunas de sus cualidades nombrando este Bendito Mes, como:
Shahrus-Saum (El Mes del Ayuno): Que es la abstención voluntaria mediante la cual se logra la Complacencia de Allâh. Siendo el Ayuno la única adoración sobre la cual Allâh Mismo dijo que es para Él, Altísimo sea.
Shahrul-Qurân (El Mes del Qurân): Ramadân es el mes que Allâh escogió para hacer descender a Sus siervos Su Mensaje Divino. La Revelación del Qurân se inició en Ramadân y se prolongó por 23 años, pero cada año en Ramadân el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) lo revisaba junto con Ÿibrîl (‘alaihis-salam).
Shahrur-Rahmah (El Mes de la Misericordia): Que son los diez primeros días del mes, cuando Allâh derrama Su Rahmah a Sus siervos.
Shahrul-Magfirah (El Mes del Perdón): Que son los segundos diez días del mes, aunque el mes completo un motivo para ganar el perdón de Allâh.
Shahrut-Taubah (El Mes del Arrepentimiento): En Ramadân los siervos se tornan arrepentidos, quebrados, pidiendo a su Señor que los perdone y limpie de sus errores y pecados.
Liberación del fuego, siendo los últimos 10 días de Ramadân una promesa de Allâh que en ellos habrá liberación para los creyentes que lo observan con sinceridad y el deseo de obtener esta importante acreditación.
Shahrul-Muasâ (El Mes de la Solidaridad): El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nos incentivó a sentir el hambre y la sed durante este mes, invitando a nuestros hermanos musulmanes a compartir nuestra comida.
Shahrud-Du‘â (El Mes de las Súplicas): Como dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Ciertamente para el ayunante, el Du‘â que eleva cuando rompe su ayuno, no será devuelto sin respuesta de Allâh”. Los sahabah (radiallâhu ‘anhum) llenaban su día y noche con Du‘â.
Shahrus-Sabr (El Mes de la Paciencia): Paciencia en todos sus sentidos: en la adoración, en la abstención, por los dolores y dificultades producidos por la abstención, Etc. La paciencia por sí sólo será recompensada sin pasar por la balanza, como Allâh promete cuando dice en el Qurân: “Por cierto que la retribución para quienes sean pacientes y perseverantes será ilimitada” [Sûrah Az-Zumar (39), âyah 10].
Shahrul-Ÿuddi wal-Karam (El Mes de Dar con Generosidad): Así fue descrito que el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) siendo siempre muy generoso, en el mes de Ramadân su generosidad aumentaba mucho más. Se decía respecto de su generosidad que, al dar era más rápido que los vientos.
Shahrut-Tasamuh (El Mes del Perdón): Tratemos de saldar nuestras cuentas con nuestros hermanos y hermanas, pidiendo de ellos el perdón en esta vida con generosidad y un corazón abierto y limpio, entendiendo que haciéndolo en la Otra Vida será mucho más caro y difícil.
Estos son algunos de los nombres del Gran Mes de Ramadân y de las cualidades que debemos buscar en él. Los sahabah (radiallâhu ‘anhum) poseían con creces estas cualidades y aun así esperaban con mucha ansia la entrada de este mes para aumentarlas. En qué situación estamos nosotros entonces, que las preocupaciones contemporáneas de la vida nos dan mucho menos tiempo para lograr obtener algo de estas bondades. Cuánto debemos aprovechar la llegada de este bendito mes, y con qué intenciones y disposición.
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos ilumine para sentir la importancia de esta gran visita que nos acerca y podamos recibirlo con la altura, realce y honor que corresponde; y roguemos también a Allâh para que nos permita y de la capacidad para obtener el máximo de provecho de este Bendito Mes de Ramadân. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh