- Viernes, 23 de Diciembre de 2022
- Yumuāah, 29 de Åømadal-Ćla de 1444
- ImĆ¢m: Sh. Muthanna Soud Fajreldin
En el Nombre de AllĆ¢h, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea AllĆ¢h por habernos traĆdo al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitiĆ³ el Mensaje y cumpliĆ³ con lo que AllĆ¢h le encomendĆ³, hasta que lo alcanzĆ³ la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de AllĆ¢h sean con Ć©l, su virtuosa familia y sus distinguidos compaƱeros.
Respetados hermanos y hermanas: Dice AllĆ¢h AltĆsimo en Su Libro Sagrado: āVerdaderamente āIsa, ante AllĆ¢h, es como Ćdam. Lo creĆ³ de tierra y luego le dijo: Ā”SĆ©! Y fueā [SĆ»rah Ali-āImrĆ¢n (3), Ć¢yah 59]. Dice tambiĆ©n el AltĆsimo: āY dicen: El Misericordioso ha tomado un hijo. Ciertamente traĆ©is una calamidad. A punto estĆ”n los cielos de rasgarse, la tierra de abrirse y las montaƱas de derrumbarse por su causa. Porque atribuyen un hijo al Misericordioso. Y no es propio del Misericordioso tomar un hijo. Todos los que estĆ”n en los cielos y en la tierra no se presentan ante el Misericordioso sino como siervosā [SĆ»rah Mariam (19), Ć¢yĆ¢t 88 a 93].
TambiĆ©n dice el QurĆ¢n: āRealmente han caĆdo en incredulidad quienes dicen: AllĆ¢h es el Ungido, hijo de Mariam. Cuando fue el Ungido quien dijo a los hijos de Israel: Ā”Adorad a AllĆ¢h! Mi SeƱor y el vuestro. Quien asocie algo con AllĆ¢h, AllĆ¢h le vedarĆ” el JardĆn y su refugio serĆ” el Fuego. No hay quien auxilie a los injustosā [SĆ»rah (5), Ć¢yah 72]. Dijo tambiĆ©n el Mensajero de AllĆ¢h (sallallĆ¢hu āalaihi wa sallam): āNo excedan los lĆmites alabĆ”ndome como los cristianos lo hicieron con āIsa, hijo de Mariamā.
Respetados hermanos y hermanas, la justicia es darle a cada cosa el derecho y el lugar que merece y la injusticia es lo contrario a eso. La adoraciĆ³n es un derecho exclusivo de AllĆ¢h AltĆsimo, nada ni nadie merece ser adorado excepto Ćl, por eso, adorar a AllĆ¢h es lo justo, mientras que adorar a otro ser o a cualquier persona o cosa aparte de AllĆ¢h, es una injusticia evidente. Dice AllĆ¢h en el QurĆ¢n: āY cuando LuqmĆ¢n le dijo a su hijo aconsejĆ”ndole: Ā”Hijo mĆo! No asocies nada ni nadie con AllĆ¢h, pues hacerlo es una enorme injusticiaā. [SĆ»rah LuqmĆ¢n (31), Ć¢yah 13].
Cuando AllĆ¢h enviĆ³ a Sus Mensajeros hacia las distintas comunidades y naciones, los enviĆ³ con la misiĆ³n de llamar a la gente a la Unicidad de AllĆ¢h en la adoraciĆ³n y prevenirlos de la asociaciĆ³n y la idolatrĆa. Hubo quienes se negaron a aceptar ese noble llamado, se aferraron a sus creencias paganas y rechazaron la Unicidad de AllĆ¢h. Otros, en cambio, acataron el llamado de los profetas, se apegaron a sus enseƱanzas de manera correcta, siguieron sus Ć³rdenes al pie de la letra, y no modificaron a su antojo nada de lo que se les habĆa enseƱado. Un tercer grupo cayĆ³ presa de su debilidad en la fe y de la ignorancia, sacaron las cosas de su sitio y les otorgaron a los profetas (por su amor y admiraciĆ³n hacia ellos) un nivel mĆ”s alto del que en realidad tenĆan. Su nostalgia a ciertos aspectos de la vida pagana los llevĆ³ a intentar unir entre cosas que son totalmente opuestas: la Unicidad de AllĆ¢h con la idolatrĆa, la obediencia de los Mandamientos de AllĆ¢h con la sumisiĆ³n a sus pasiones e ideas, entre otras cosas. Es por esa razĆ³n que AllĆ¢h SubhĆ¢nahu wa TaāĆ¢lĆ¢ y Su Mensajero (sallallĆ¢hu āalaihi wa sallam) dejaron muy claro el lugar que debe ocupar cada cosa, y los lĆmites que no deben ser sobrepasados.
Pongamos como ejemplo la posiciĆ³n de los profetas en la fe, y las Ć³rdenes que dejaron AllĆ¢h y Su Profeta (sallallĆ¢hu āalaihi wa sallam) en cuanto a la creencia que se debe tener respecto a ellos: Para nosotros los musulmanes los mensajeros de AllĆ¢h son quienes tienen el rango mĆ”s elevado entre toda la creaciĆ³n. Ellos recibieron la RevelaciĆ³n de parte de AllĆ¢h y la pesada tarea de transmitirle a la creaciĆ³n la Voluntad del Creador. AllĆ¢h los protegiĆ³ de las faltas y los pecados para que fueran un ejemplo que seguir para la gente, son tambiĆ©n quienes mĆ”s sufrimiento y dificultades tuvieron que soportar.
Por eso, es natural que haya en el corazĆ³n de sus seguidores un profundo amor por ellos, pero ese amor puede convertirse en algo daƱino si no se mide, y no se adecĆŗa a las enseƱanzas que ellos mismos dejaron. Tenemos un ejemplo de ello en lo que ocurriĆ³ a algunos de los seguidores de āIsa (āalaihis-salam): Su amor por Ć©l los llevĆ³ a elevarlo hasta creer que Ć©l es AllĆ¢h, o el hijo de AllĆ¢h, o parte de una trinidad con AllĆ¢h AltĆsimo.
AllĆ¢h deja claro en el QurĆ¢n que āIsa (āalaihis-salam) es un ser humano que fue bendecido con la profecĆa, pero jamĆ”s guardĆ³ ningĆŗn parentesco con AllĆ¢h AltĆsimo, pues AllĆ¢h no tiene parentesco con nadie de Su creaciĆ³n. Dice AllĆ¢h: āDi: Ćl es AllĆ¢h, Uno. AllĆ¢h, el SeƱor Absoluto. No ha engendrado ni ha sido engendrado. Y no hay nadie que se Le parezcaā [SĆ»rah Al-IjlĆ¢s (112)]. Dice tambiĆ©n: āRealmente han caĆdo en incredulidad quienes dicen: AllĆ¢h es el Ungido, hijo de Mariam. Cuando fue el Ungido quien dijo a los hijos de Israel: Ā”Adorad a AllĆ¢h! Mi SeƱor y el vuestro. Quien asocie algo con AllĆ¢h, AllĆ¢h le vedarĆ” el JardĆn y su refugio serĆ” el Fuego. No hay quien auxilie a los injustos. Y han caĆdo en incredulidad los que dicen: AllĆ¢h es el tercero de tres, cuando no hay sino un Ćnico Dios. Si no dejan de decir lo que dicen, Ć©sos que han caĆdo en la incredulidad tendrĆ”n un castigo doloroso. ĀæEs que no van a volverse hacia AllĆ¢h y Le van a pedir perdĆ³n? AllĆ¢h es Perdonador y Compasivo. El Ungido, hijo de Mariam, no es mĆ”s que un mensajero antes del cual ya hubo otros mensajeros. Su madre era una mujer veraz y ambos comĆan alimentos. Mira cĆ³mo les hacemos claros los signos y mira cĆ³mo luego inventanā [SĆ»rah Al-MĆ¢idah (5), Ć¢yĆ¢t 72 a 75].
No es propio de un profeta de AllĆ¢h que exija a sus seguidores que lo adoren asociĆ”ndolo con AllĆ¢h, ĀæCĆ³mo podrĆa hacerlo, si eso va en contra del espĆritu mismo de su misiĆ³n? AllĆ¢h nos informa en el QurĆ¢n: āY cuando AllĆ¢h dijo: Ā”āIsa, hijo de Mariam! ĀæHas dicho tĆŗ a los hombres: Ā”Tomadme a mĆ y a mi madre como dioses aparte de AllĆ¢h? Dijo: Ā”Gloria a Ti! Ā”No me pertenece decir aquello a lo que no tengo derecho! Si lo hubiera dicho, TĆŗ ya lo sabrĆas. TĆŗ sabes lo que hay en mĆ, pero yo no sĆ© lo que hay en Ti. Es cierto que TĆŗ eres el Conocedor de lo mĆ”s recĆ³ndito. SĆ³lo les dije lo que me ordenaste: Ā”Adorad a AllĆ¢h, mi SeƱor y el vuestro! Y he sido testigo de ellos mientras permanecĆ en su compaƱĆa. Y cuando me llevaste a Ti, TĆŗ eras Quien los observaba, TĆŗ eres Testigo de todas las cosas. Si los castigas… Son Tus siervos; y si los perdonas… TĆŗ eres ciertamente el Poderoso, el Sabio.ā [SĆ»rah Al-MĆ¢idah (5), Ć¢yĆ¢t 116 a 118].
Es por esta razĆ³n, que nuestro Profeta Muhammad (sallallĆ¢hu āalaihi wa sallam) nos previno de que nuestro amor por Ć©l nos lleve a otorgarle una posiciĆ³n mĆ”s elevada de la que AllĆ¢h le dio, como hicieron los cristianos con āIsa (āalaihis-salam). dijo: āNo excedan los lĆmites alabĆ”ndome como los cristianos lo hicieron con āIsa, hijo de Mariamā.
Hermanos y hermanas, uno de los aspectos que identifican nuestro DĆ®n es el equilibrio que pone a todas las cosas, y la instrucciĆ³n de darle su derecho a AllĆ¢h, a cada persona, a cada criatura e incluso a cada cosa.
Rogamos a AllĆ¢h AltĆsimo que nos otorgue el amor por Sus mensajeros como es debido, y que nos dĆ© un entendimiento completo y correcto de Su DĆ®n, para que podamos asĆ cosechar el Ć©xito tanto en esta vida como en la otra. ĆmĆ®n.
Wassalamu āalaikum wa RahmatullĆ¢hi wa Barakatuh