La posición de ‘Isa (‘alaihis-salam) en el Islam

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Respetados hermanos y hermanas: Dice AllĆ¢h AltĆ­simo en Su Libro Sagrado: ā€œVerdaderamente ā€˜Isa, ante AllĆ¢h, es como Ƃdam. Lo creó de tierra y luego le dijo: Ā”SĆ©! Y fueā€ [SĆ»rah Ali-ā€˜ImrĆ¢n (3), Ć¢yah 59]. Dice tambiĆ©n el AltĆ­simo: ā€œY dicen: El Misericordioso ha tomado un hijo. Ciertamente traĆ©is una calamidad. A punto estĆ”n los cielos de rasgarse, la tierra de abrirse y las montaƱas de derrumbarse por su causa. Porque atribuyen un hijo al Misericordioso. Y no es propio del Misericordioso tomar un hijo. Todos los que estĆ”n en los cielos y en la tierra no se presentan ante el Misericordioso sino como siervosā€ [SĆ»rah Mariam (19), Ć¢yĆ¢t 88 a 93].

TambiĆ©n dice el QurĆ¢n: ā€œRealmente han caĆ­do en incredulidad quienes dicen: AllĆ¢h es el Ungido, hijo de Mariam. Cuando fue el Ungido quien dijo a los hijos de Israel: Ā”Adorad a AllĆ¢h! Mi SeƱor y el vuestro. Quien asocie algo con AllĆ¢h, AllĆ¢h le vedarĆ” el JardĆ­n y su refugio serĆ” el Fuego. No hay quien auxilie a los injustosā€ [SĆ»rah (5), Ć¢yah 72]. Dijo tambiĆ©n el Mensajero de AllĆ¢h (sallallĆ¢hu ā€˜alaihi wa sallam): ā€œNo excedan los lĆ­mites alabĆ”ndome como los cristianos lo hicieron con ā€˜Isa, hijo de Mariamā€.

Respetados hermanos y hermanas, la justicia es darle a cada cosa el derecho y el lugar que merece y la injusticia es lo contrario a eso. La adoración es un derecho exclusivo de AllĆ¢h AltĆ­simo, nada ni nadie merece ser adorado excepto Ɖl, por eso, adorar a AllĆ¢h es lo justo, mientras que adorar a otro ser o a cualquier persona o cosa aparte de AllĆ¢h, es una injusticia evidente. Dice AllĆ¢h en el QurĆ¢n: ā€œY cuando LuqmĆ¢n le dijo a su hijo aconsejĆ”ndole: Ā”Hijo mĆ­o! No asocies nada ni nadie con AllĆ¢h, pues hacerlo es una enorme injusticiaā€. [SĆ»rah LuqmĆ¢n (31), Ć¢yah 13].

Cuando AllĆ¢h envió a Sus Mensajeros hacia las distintas comunidades y naciones, los envió con la misión de llamar a la gente a la Unicidad de AllĆ¢h en la adoración y prevenirlos de la asociación y la idolatrĆ­a. Hubo quienes se negaron a aceptar ese noble llamado, se aferraron a sus creencias paganas y rechazaron la Unicidad de AllĆ¢h. Otros, en cambio, acataron el llamado de los profetas, se apegaron a sus enseƱanzas de manera correcta, siguieron sus órdenes al pie de la letra, y no modificaron a su antojo nada de lo que se les habĆ­a enseƱado. Un tercer grupo cayó presa de su debilidad en la fe y de la ignorancia, sacaron las cosas de su sitio y les otorgaron a los profetas (por su amor y admiración hacia ellos) un nivel mĆ”s alto del que en realidad tenĆ­an. Su nostalgia a ciertos aspectos de la vida pagana los llevó a intentar unir entre cosas que son totalmente opuestas: la Unicidad de AllĆ¢h con la idolatrĆ­a, la obediencia de los Mandamientos de AllĆ¢h con la sumisión a sus pasiones e ideas, entre otras cosas. Es por esa razón que AllĆ¢h SubhĆ¢nahu wa Taā€˜Ć¢lĆ¢ y Su Mensajero (sallallĆ¢hu ā€˜alaihi wa sallam) dejaron muy claro el lugar que debe ocupar cada cosa, y los lĆ­mites que no deben ser sobrepasados.

Pongamos como ejemplo la posición de los profetas en la fe, y las órdenes que dejaron AllĆ¢h y Su Profeta (sallallĆ¢hu ā€˜alaihi wa sallam) en cuanto a la creencia que se debe tener respecto a ellos: Para nosotros los musulmanes los mensajeros de AllĆ¢h son quienes tienen el rango mĆ”s elevado entre toda la creación. Ellos recibieron la Revelación de parte de AllĆ¢h y la pesada tarea de transmitirle a la creación la Voluntad del Creador. AllĆ¢h los protegió de las faltas y los pecados para que fueran un ejemplo que seguir para la gente, son tambiĆ©n quienes mĆ”s sufrimiento y dificultades tuvieron que soportar.

Por eso, es natural que haya en el corazón de sus seguidores un profundo amor por ellos, pero ese amor puede convertirse en algo daƱino si no se mide, y no se adecĆŗa a las enseƱanzas que ellos mismos dejaron. Tenemos un ejemplo de ello en lo que ocurrió a algunos de los seguidores de ā€˜Isa (ā€˜alaihis-salam): Su amor por Ć©l los llevó a elevarlo hasta creer que Ć©l es AllĆ¢h, o el hijo de AllĆ¢h, o parte de una trinidad con AllĆ¢h AltĆ­simo.

AllĆ¢h deja claro en el QurĆ¢n que ā€˜Isa (ā€˜alaihis-salam) es un ser humano que fue bendecido con la profecĆ­a, pero jamĆ”s guardó ningĆŗn parentesco con AllĆ¢h AltĆ­simo, pues AllĆ¢h no tiene parentesco con nadie de Su creación. Dice AllĆ¢h: ā€œDi: Ɖl es AllĆ¢h, Uno. AllĆ¢h, el SeƱor Absoluto. No ha engendrado ni ha sido engendrado. Y no hay nadie que se Le parezcaā€ [SĆ»rah Al-IjlĆ¢s (112)]. Dice tambiĆ©n: ā€œRealmente han caĆ­do en incredulidad quienes dicen: AllĆ¢h es el Ungido, hijo de Mariam. Cuando fue el Ungido quien dijo a los hijos de Israel: Ā”Adorad a AllĆ¢h! Mi SeƱor y el vuestro. Quien asocie algo con AllĆ¢h, AllĆ¢h le vedarĆ” el JardĆ­n y su refugio serĆ” el Fuego. No hay quien auxilie a los injustos. Y han caĆ­do en incredulidad los que dicen: AllĆ¢h es el tercero de tres, cuando no hay sino un Único Dios. Si no dejan de decir lo que dicen, Ć©sos que han caĆ­do en la incredulidad tendrĆ”n un castigo doloroso. ĀæEs que no van a volverse hacia AllĆ¢h y Le van a pedir perdón? AllĆ¢h es Perdonador y Compasivo. El Ungido, hijo de Mariam, no es mĆ”s que un mensajero antes del cual ya hubo otros mensajeros. Su madre era una mujer veraz y ambos comĆ­an alimentos. Mira cómo les hacemos claros los signos y mira cómo luego inventanā€ [SĆ»rah Al-MĆ¢idah (5), Ć¢yĆ¢t 72 a 75].

No es propio de un profeta de AllĆ¢h que exija a sus seguidores que lo adoren asociĆ”ndolo con AllĆ¢h, ĀæCómo podrĆ­a hacerlo, si eso va en contra del espĆ­ritu mismo de su misión? AllĆ¢h nos informa en el QurĆ¢n: ā€œY cuando AllĆ¢h dijo: Ā”ā€˜Isa, hijo de Mariam! ĀæHas dicho tĆŗ a los hombres: Ā”Tomadme a mĆ­ y a mi madre como dioses aparte de AllĆ¢h? Dijo: Ā”Gloria a Ti! Ā”No me pertenece decir aquello a lo que no tengo derecho! Si lo hubiera dicho, TĆŗ ya lo sabrĆ­as. TĆŗ sabes lo que hay en mĆ­, pero yo no sĆ© lo que hay en Ti. Es cierto que TĆŗ eres el Conocedor de lo mĆ”s recóndito. Sólo les dije lo que me ordenaste: Ā”Adorad a AllĆ¢h, mi SeƱor y el vuestro! Y he sido testigo de ellos mientras permanecĆ­ en su compaƱƭa. Y cuando me llevaste a Ti, TĆŗ eras Quien los observaba, TĆŗ eres Testigo de todas las cosas. Si los castigas… Son Tus siervos; y si los perdonas… TĆŗ eres ciertamente el Poderoso, el Sabio.ā€ [SĆ»rah Al-MĆ¢idah (5), Ć¢yĆ¢t 116 a 118].

Es por esta razón, que nuestro Profeta Muhammad (sallallĆ¢hu ā€˜alaihi wa sallam) nos previno de que nuestro amor por Ć©l nos lleve a otorgarle una posición mĆ”s elevada de la que AllĆ¢h le dio, como hicieron los cristianos con ā€˜Isa (ā€˜alaihis-salam). dijo: ā€œNo excedan los lĆ­mites alabĆ”ndome como los cristianos lo hicieron con ā€˜Isa, hijo de Mariamā€.

Hermanos y hermanas, uno de los aspectos que identifican nuestro Dîn es el equilibrio que pone a todas las cosas, y la instrucción de darle su derecho a Allâh, a cada persona, a cada criatura e incluso a cada cosa.

Rogamos a AllĆ¢h AltĆ­simo que nos otorgue el amor por Sus mensajeros como es debido, y que nos dĆ© un entendimiento completo y correcto de Su DĆ®n, para que podamos asĆ­ cosechar el Ć©xito tanto en esta vida como en la otra. ƂmĆ®n.

Wassalamu ā€˜alaikum wa RahmatullĆ¢hi wa Barakatuh

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