- Viernes, 13 de Octubre de 2023
- Yumu‘ah, 28 de Rabi'ûl-Auwal de 1445
- Imâm: Sh. Yusuf G. Hoosen
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
“¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la Oración; es cierto que Allâh está con los pacientes” [Sûrah Al- Baqarah (2), âyah 153].
Todo el tiempo se nos alienta a estar conscientes de Allâh. Como humanos no sabemos ni siquiera lo que ocurre con nosotros mismos. Pero nada está oculto para Allâh.
Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “Él tiene las llaves del No-Visto Y sólo Él lo conoce; y sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro”.
Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), dijo: “Lo más cerca que un Siervo puede estar de su Señor es cuando está en postración, así que invoca a Allah mucho en ella”; [Muslim y Abu Dâwûd].
Cuando un musulmán está en su Salat (oración) está volviendo su rostro a Allah (Subhânahu wa Ta‘âlâ) y cuando él se postra él está lo más cerca que pueda estar de Allah (Subhânahû wa Ta‘âlâ) así que es mejor invocar a Allah (Subhânahû wa Ta‘âlâ) en ese momento.
Es dicho que, durante la postración, uno debería pedir por todos sus necesidades.
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Dirá Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ: “¡Yo soy como mi siervo cree que soy con él! Estoy con él si Me recuerda. Cuando Me recuerda en la intimidad de su ser, lo recuerdo en la intimidad de Mi Ser, si Me recuerda ante un grupo, ¡lo recuerdo ante un grupo mejor que su grupo!”. [Al-Bujâri y Muslim].
Si estás atravesando momentos de angustia y dolor, recuerda a Allâh, invoca Su nombre y pídele ayuda. Coloca tu frente en el suelo y alábalo para obtener así la verdadera libertad. Eleva tus manos mientras realizas la súplica, y pídele constantemente. Póstrate frente a Su puerta, ten buenos pensamientos sobre Él y espera Su ayuda. Entonces encontrarás la felicidad y el éxito verdaderos. Si ves que la cuerda se tensa cada vez más, sabe que se cortará.
Luego de las lágrimas llega la sonrisa, el miedo es reemplazado con el bienestar y la serenidad se apodera de la ansiedad.
El Profeta Musa (‘alaihis-salam) no se ahogó en el Mar, porque pronunció firmemente con confianza y fortaleza: “¡No, no nos alcanzarán! Pues mi Señor está conmigo, y Él me indicará [qué hacer para salvarnos]” [Sûrah Ash-Shu‘ârâ (26), âyah 62].
El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo : “Ten en mente que el éxito se alcanza con la paciencia y el alivio llega después de la dificultad”. No te deprimas, porque tienes a tu Señor, quien dio solución a tus asuntos ayer, y te las dará de igual manera mañana.
Una vez el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) entró en su Mezquita y encontró a Abû Umâmah (radiallâhu ‘anhu) en momentos en que normalmente no había nadie, entonces le preguntó: “¡Oh Abû Umâmah! Que haces aquí a esta hora” Él dijo: “Me tienen aquí las preocupaciones, la ansiedad y las deudas” (aquellos que sufren preocupaciones mundanas y están
afligidos por las deudas, saben lo que realmente este sahâbih podría haber estado sufriendo). El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo: “¿Quieres te enseñé una kalimah que, si tú la recitas, Allâh removerá tus preocupaciones y solucionará tus deudas?”. Abû Umâmah (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Si, por favor enséñame esas palabras!”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo:
“Recita el siguiente Du‘â en la mañana y en la tarde:
Allâhumma inni a‘udhubika minal-ham-mi wal-huzni, wa a‘udhubika minal-‘aÿzi wal-kasli, wa a‘udhubika minal-ÿubni wal-bujli, wa a‘udhubika min galabatid-daini wa qahrir-riyâli”
Su significado es: ¡Oh Allâh! Me refugio en Ti de las preocupaciones y las tristezas, me refugio en Ti de la debilidad y la vagancia, me refugio en Ti de la cobardía y la avaricia, me refugio en Ti de estar agobiado por las deudas y de ser dominado por los hombres. Dije las palabras (que el profeta de Allâh me enseño ) en la mañana y no se escondió el sol en el mismo día salvo que Allâh removió mis preocupaciones y soluciono mis deudas.
Umm Salamah relató: Escuché al Mensajero de Allâh decir: «Si un musulmán cuando le sucede una desgracia dice lo que Allâh le ordenó: Ciertamente pertenecemos a Allâh y ciertamente a El regresaremos, ¡Oh Allâh recompénsame por mi desgracia y dame en su lugar algo mejor; Allâh le dará algo mejor en su lugar»! Cuando murió Abû Salamah dije: ¿Qué musulmán es mejor que Abû Salamah? Su familia fue la primera en emigrar con el Mensajero de Allâh . Luego dije las palabras (que Allâh ordenó), entonces Allâh me dio en su lugar al Mensajero de Allâh (la paz sea con él) como esposo.
A través de estos ejemplos y estas historias, Allâh nos enseña que quien busca Su ayuda a través de la paciencia y de la Oración , Él lo ayudará. Abû Bakr As-Siddîq (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Cuando estábamos en la cueva vi los pies de los idólatras que nos perseguían, dije: “¡Enviado de Allâh! Si alguno mirara a sus pies nos verían”. Me dijo: “¿Qué crees, Abû Bakr, de dos cuyo Tercero es Allâh?”. [Al-Bujâri y Muslim]. Luego la paz y la tranquilidad descendieron sobre ellos.
Por otra parte, Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhum) quedó ciego, pero encontró alivio al pronunciar las siguientes palabras: “Si Allâh me quita la luz de mis ojos, mi corazón permanecerá iluminado, mi corazón entiende y mi mente no es perversa, y mi lengua es como el filo de una espada sin desenfundar”. Se consoló a sí mismo recordando los innumerables favores de Allâh que aún le quedaban habiendo perdido sólo uno de ellos.
‘Urwah Ibn Az-Zubair (radiallâhu ‘anhu) en un solo día perdió una de sus piernas y se enteró que su hijo había muerto. Esta fue su reacción: “¡Oh, Allâh! A Ti pertenecen todas las alabanzas. Si lo has quitado, también me lo has dado. Y si me has puesto a prueba con estas dificultades, también me has salvado y cuidado. Me has dado cuatro extremidades más sólo te has llevado una. Me has bendecido con cuatro hijos más sólo te has llevado uno”. “Les retribuirá, por haber tenido paciencia, con un Jardín y con vestiduras de seda” [Sûrah Al-Insân (76), âyah 12].
Por eso, como creyentes, a pesar de nuestras dificultades y condiciones siempre debemos buscar la ayuda de Allâh con paciencia oración, como Allâh nos enseña en el Qurân: “¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la Oración; es cierto que Allâh está con los pacientes” (Sûrah Al Baqarah [2], âyah 153).
Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Amîn. Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos de la capacidad de inculcar estos valiosos consejos en nuestras vidas. Amîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh