- Viernes, 13 de Enero de 2023
- Yumu‘ah, 20 de Ÿumadal-Ajirah de 1444
- Imâm: Sh. Muthanna Soud F.
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Respetados hermanos y hermanas: dice Allâh Altísimo en Su Libro Sagrado: “A pesar de que no se les había ordenado, sino que adorasen a Allah, rindiéndole sinceramente la adoración” [Sûrah Al-Baiyinah (98), âyah 5].
También dice Allâh en el Qurân: “Y tened por cierto que os pondremos a prueba con temor, hambre, pérdida de riqueza, personas y frutos. Pero anuncia buenas nuevas a los pacientes” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 155].
Dice también Allâh: “¡Hombre! ¿Qué te engañó apartándote de tu Señor, el Generoso? El que te creó, te conformó y te equilibró, dándote la forma que quiso” [Sûrah Al-Infitâr (82), âyât 6 a 8].
El Qurân señala también: “¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y que cada uno espere para el mañana lo que él mismo se haya buscado. Y temed a Allah, es cierto que Allah está informado de lo que hacéis” [Sûrah Al-Hashr (59), âyah 18].
Hermanos y hermanas, las obras del corazón son de las obras más hermosas que puede hacer el siervo para acercarse a Allâh, porque nacen del corazón y permanecen, en la mayoría de los casos, en secreto entre el siervo y su Señor, pero, a pesar de eso, tienen un gran impacto en la mejora de las obras que hacemos con los miembros de nuestro cuerpo, como el salâh, el ayuno, la peregrinación, etc.
El corazón es escenario de grandes obras, como también es el recipiente que puede contener peligrosas enfermedades y males, y en ambos casos, impacta de una manera notoria en nuestros actos manifiestos. Es por esto que, en esta jutbah, así como en las que seguirán, In Sha Allâh, trataremos las obras del corazón, las enfermedades del corazón, y por último las obras que se realizan con el cuerpo, para evidenciar el efecto de lo que ocurre en nuestro corazón sobre lo que ocurre con nuestras extremidades.
En un hadîth lleno de sabiduría, nuestro Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo, entre otras cosas: “Hay en el cuerpo un trozo de carne que, si está bien, todo el cuerpo lo está, pero si se corrompe, se corrompe con él todo el cuerpo”.
Para que el corazón esté bien se debe habituar a algunas obras y protegerlo contra ciertas enfermedades. Entre las obras que se realizan con el corazón, la primera y más importante, luego de la fe en Allâh es la sinceridad.
La sinceridad en las intenciones es una condición vital para la aceptación de nuestras buenas obras, porque Allâh sólo acepta las acciones que han sido realizadas con intención de complacerle. si una persona hace una buena obra con el único objetivo de alcanzar la complacencia de su Señor, y la realiza según lo ha indicado nuestro Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), puede confiar en que Allâh aceptará su obra y lo recompensará por ella.
Al adoptar la sinceridad hasta las costumbres más simples se convierten en acciones buenas, mientras que la ostentación y la falta de sinceridad convierten las buenas obras en malas acciones capaces de arrastrarnos a la ruina.
Otra de las obras del corazón es la paciencia. Allâh le ha dado las buenas nuevas a los pacientes, quienes muestran firmeza ante las calamidades, firmeza y perseverancia en las buenas obras y autocontrol para no caer en lo que Allâh ha prohibido. La paciencia es la llave de la ayuda de Allâh, y material de inestimable valor para obtener consuelo ante las dificultades de esta vida.
Otra de las obras a las que nuestro corazón debe estar habituados es la costumbre de juzgarse a uno mismo, y revisar nuestras acciones de manera periódica. A través de esta costumbre, seremos capaces de hacer un seguimiento de nuestro rumbo en esta vida, e identificaremos nuestros aciertos y errores, para perpetuar así los primeros y corregir los últimos.
Por último, mencionaremos aquí el arrepentimiento. El arrepentimiento es una de las obras más importantes de entre las obras del corazón. Una vez que conseguimos identificar nuestros errores es importante hacer un esfuerzo por abandonarlos lo antes que sea posible, luego arrepentirnos sinceramente ante Allâh, teniendo en cuenta que Él es el Único capaz de perdonar nuestras faltas y es el Perdonador, el Compasivo.
Éstas son sólo algunas de las obras que debe realizar nuestro corazón para obtener la complacencia de Allâh y para que se nos facilite cumplir con las acciones físicas.
Rogamos a Allâh que nos ayude a adquirir estos buenos hábitos y convertirlos en aquello que nos sirva en esta vida y la otra. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh