- Viernes, 25 de Agosto de 2023
- Yumu‘ah, 9 de Sâfar de 1445
- Imâm: Sh. Muthanna Soud Fajreldin
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Dice Allah Altísimo: “¡Creyentes! Gastad de lo que os damos antes de que llegue un día en el que no haya comercio ni amistad y nadie pueda interceder por nadie” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 254]. Dice también: “A los que den y a las que den con generosidad y le hagan a Allah un hermoso préstamo, éste les será multiplicado y tendrán una generosa recompensa” [Sûrah Al-Hadîd (57), âyah 18]. Dijo nuestro amado Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “La caridad borra las faltas tal como el agua apaga el fuego”.
Hermanos y hermanas la Jutbah de hoy trata sobre la caridad y la limosna como medios para acercarnos a Allah.
Allah Altísimo, con su inmensa misericordia, nos facilitó muchas maneras de hacer el bien y muchos medios para lograr Su complacencia. Una de las maneras es el zakâh y la sâdaqah, es decir la limosna obligatoria y la caridad voluntaria.
Allah es Misericordioso y Compasivo, y nos ordenó adquirir estas cualidades para embellecer con ellas nuestra relación con nuestros semejantes, y una forma de demostrar misericordia y compasión es preocuparse por ayudar (en la medida de lo posible) a quienes pasan por una situación económica difícil. Allah nos exhorta a dar de lo que Él nos dio, para lograr Su complacencia y para aliviar a las personas necesitadas o afligidas. Esto se hace mediante el zakâh obligatorio y por medio de la sâdaqah, la caridad voluntaria.
En cuanto al zakâh, es un pequeño porcentaje que se extrae del excedente de las posesiones para entregarlo a los musulmanes más pobres, para que les sirva de ayuda y a la vez, sirva como una purificación para quien la entrega. Este zakâh es uno de los cinco Pilares del Islam, y frecuentemente está mencionada en el Qurân inmediatamente después del salâh, lo que demuestra su importancia.
Luego está la caridad voluntaria, que no tiene un mínimo establecido, ni tampoco un límite máximo. Todo lo que dé la persona es valioso ante los ojos de Allâh, independiente de su cantidad. Todo lo que dé un musulmán (sea poco o mucho) con la sincera intención de complacer a Allâh, será para su beneficio en esta vida y en la Otra, porque la caridad atrae a la bendición de Allâh, así como es un medio para borrar las faltas. Dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “La caridad borra las faltas tal como el agua extingue el fuego”. Además, el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nos advirtió que no debemos temer que nuestro dinero disminuya cuando gastemos parte de él en caridad; es cierto que aparentemente disminuye su cantidad, pero Allâh pondrá barakah en lo restante para que sea suficiente para nuestras necesidades. Allah nos dice en el Qurân que todo cuanto demos, por Allâh, Él lo multiplicará para nosotros.
El gasto de dinero debería ir acompañado por un sentimiento de amor por el gasto, es decir, uno debería estar contento de dar cosas en sâdaqah, no debería tener segundos pensamientos, ni lamentar haber gastado dinero, ni temer a la necesidad, ni culparse por haber gastado profusamente.
Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Deberías gastar dinero mientras estás consciente de tus propias necesidades, temes a la escasez y a la estrechez y temes que lo necesitarás en algún momento durante los largos años de tu vida que están por delante”.
Hermanos y hermanas, la Misericordia de Allâh es muy grande, y por eso Él no privó a nadie de la posibilidad de obtener la recompensa de la caridad, incluso a quien no tiene nada material para dar. En un hadîth se menciona que incluso una sonrisa o una palabra bella pueden ser caridad.
La caridad nos protege de la ira de Allâh, y es una acción que abre las puertas de la facilidad para todos nuestros asuntos. Un hadîth señala siete tipos de personas que estarán bajo la Sombra del Trono de Allâh, cuando no haya más sombra que la Suya, entre ellos está la persona que da limosna con tal sinceridad que su limosna quede entre él y Allâh sin que se entere de ella nadie más.
Abû Umâmah (radiallâhu ‘anhu) reportó que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Oh, hombres! den lo que puedan en sâdaqah, esto es bueno para ustedes; si la retienen, será malo para ustedes. Ustedes no tienen culpa por retener sólo lo que es suficiente para sus propios requisitos; comiencen por gastar en aquellos que dependen de ustedes. La mano de arriba (que da) es mejor que la mano de abajo (que se estira para aceptar limosna)”.
Rogamos a Allâh que nos guíe hacia las acciones que más Le complacen, que acepte nuestras buenas obras y pase por alto nuestras faltas. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh