
- Viernes, 12 de Abril de 2024
- Yumu‘ah, 3 de Shawâl de 1445
- Imâm: Sh. Almuthana Soud Fajreldin
En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Respetados hermanos y hermanas, dice Allâh Altísimo en el Sagrado Qurân: “Así pues, sé recto tal y como te he mandado, en compañía de los que se han vuelto atrás de su error junto a ti; y no vayáis más allá de los límites, pues en verdad Él conoce perfectamente lo que hacéis” [Sûrah Hud (11), âyah 112]. Dice también: “Realmente los que hayan dicho: Mi Señor es Allâh y hayan sido rectos, los ángeles descenderán a ellos: No temáis ni os entristezcáis y alegraos con la buena nueva del Jardín que se os había prometido. Somos vuestros protectores en esta vida y en la Última, allí tendréis lo que deseen vuestras almas y todo cuanto pidáis” [Sûrah Fussilat (41), âyah 30 y 31].
Sufiân Ibn ‘Abdullâh (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Le dije al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Dime algo acerca del Islam, que yo no necesite preguntar a nadie después de ti”. Me dijo: “Di: Creo en Allâh y luego mantente firme”.
Hermanos y hermanas, con el inmenso favor de Allâh Altísimo hemos vivido un mes de Ramadân más en nuestras vidas, hemos tenido la oportunidad de ayunar treinta días para cumplir con una orden de Allâh, hemos rezado durante las noches y hemos levantado nuestras manos implorando por nuestras metas de esta vida y la otra. todo esto lo hemos hecho buscando la complacencia de Allâh y procurando conseguir el éxito de esta vida y la felicidad eterna de la otra.
El mes de Ramadân nos ha acostumbrado a muchas cosas buenas y su maravilloso ambiente nos ha animado a conseguir grandes logros que sin él difícilmente conseguiríamos, pero él nos deja ahora un desafío importante: cuidar las ganancias de Ramadân, y permanecer firmes en las buenas costumbres adquiridas.
El mes de Ramadân nos demostró de lo que somos capaces de realizar si nos lo proponemos realmente. Nos dimos cuenta de que somos capaces de levantarnos antes del Faÿr. Durante Ramadân nos levantábamos diariamente para tomar el suhûr, pero eso nos indica que también podemos hacerlo para alcanzar a rezar unas cuantas raka‘ât de salâh, pedir algo de Du‘â, y con eso ganar los beneficios de la oración de la noche (Tahayyud).
También nos habremos dado cuenta de que podemos terminar una recitación del Qurân completo o por lo menos de una buena parte del Qurân. ¿Y qué si nos proponemos conseguir eso durante todos los meses? Seguramente sería un gran logro para cada uno de nosotros el crear semejante hábito y cuidarlo para siempre.
En Ramadân nos dimos cuenta de nuestra capacidad de autocontrol, que nos facilitó apartarnos de las discusiones, los altercados y el enojo excesivo, si nos proponemos que siga siendo nuestra costumbre, nos ahorraremos la ira de Allâh, y los problemas innecesarios con los demás.
Todo esto y mucho más es parte de las enseñanzas y las ganancias de Ramadân, y son ganancias que debemos cuidar para que no se pierdan, ya que si las cuidamos y luego Allâh nos da la oportunidad de vivir otro mes de Ramadân, estaremos en condiciones de acumular más y más virtudes, y cumplir con el objetivo de ser mejores musulmanes todos los días y estar cada vez más cerca de la Complacencia de Allâh y el ejemplo de vida que nos dejó Su Mensajero, el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).
Hermanos y hermanas, mantenerse firme en el camino correcto y ser constante en las buenas obras es de lo que más se valora ante Allâh Subhânahû wa Ta‘âlâ, y por eso las acciones que más le agradan son aquellas que, aunque pequeñas, son constantes.
Allâh le ha ordenado a Su Mensajero que se mantenga recto y firme, y junto con él, todos quienes le siguen. Dice Allâh: “Así pues, sé recto tal y como te he mandado, en compañía de los que se han vuelto atrás de su error junto a ti; y no vayáis más allá de los límites, pues en verdad Él conoce perfectamente lo que hacéis” [Sûrah Hud (11), âyah 112] y así lo hizo el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), dejando el mejor ejemplo de constancia y firmeza.
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh Altísimo para que acepte todas nuestras buenas obras que realizamos durante el mes de Ramadân, y nos permita seguir firmes en ellas, para poder alcanzar nuestro objetivo más importante, Su Complacencia. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh