En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Respetados hermanos y hermanas, la Jutbah de hoy trata acerca de tres valiosas enseñanzas que nos dejara nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), que están contenidas en el siguiente hadîth:
Ka’b Bin ‘Uÿrah (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Acérquense al mimbar”. Dijo Ka’b: “Nos acercamos, y cuando ascendió el primer peldaño del mimbar dijo: “Âmîn”. Cuando ascendió el segundo peldaño dijo: “Âmîn”. Cuando ascendió el tercer peldaño dijo: “Âmîn”. Cuando descendió, dijimos: “¡Oh, Rasûlullâh!, mientras subías al mimbar, te hemos escuchado hoy, algo que jamás habíamos escuchado antes”. Él (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cuando ascendí el primer peldaño, Ÿibrîl (‘alaihis-salâm) apareció ante mí y dijo: “¡Ay de aquél! que encuentre el bendito mes de Ramadân y lo deje pasar sin lograr el perdón”, a lo que dije Âmîn. Cuando ascendí el segundo peldaño, él dijo: “¡Ay de aquél! ante quien tu nombre es mencionado y no te envíe saludos y pida bendiciones para ti”. Respondí Âmîn. Cuando ascendí el tercer peldaño, él dijo: “¡Sean destruidos aquellos, cuyos padres, o uno de sus padres se vuelvan viejos en su presencia, y no pueda entrar al Ÿannah! (por no servirlos)”. Yo dije Âmîn”.
En este hadîth, el ángel Ÿibrîl (‘alaihis-salâm) pronunció tres desgracias a las cuales Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió con “Âmîn”. Primero, ni más ni menos, que la condena de Ÿibrîl (‘alaihis-salâm) que es un malak (ángel) muy cercano, y luego la reprobación de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), sirven para dejar en claro la severidad de este asunto. Quiera Allâh, por Su Bondad concedernos el Taufîq de apartarnos de estos tres males y protegernos, porque de lo contrario, sin duda estaremos en la perdición.
La primera persona que se menciona en este hadîth es aquel individuo que, encontrándose dentro del mes de Ramadân, desperdicia su tiempo cometiendo pecados, dejando de lado sus deberes religiosos y, por ello, pierde la posibilidad de obtener el perdón.
‘Ubâdah Ibn As-Sâmit (radiallâhu ‘anhu) narró que un día, cuando Ramadân se acercaba, Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El mes de Ramadân, el mes de las bendiciones, ha venido a ustedes. En él, Allâh se vuelve hacia vosotros y les envía su especial Misericordia, perdona sus faltas, acepta sus súplicas, acepta su competencia en hacer cosas buenas y se vanagloria de ustedes ante los ángeles. Así que muéstrenle a Allâh su rectitud, ya que ciertamente, el más desafortunado es aquél que es privado de la Misericordia de Allâh durante este mes”.
El segundo desdichado mencionado en el hadîth es aquel que escucha la mención del nombre de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y no recita su salutación, enviando paz y bendiciones sobre él. Allâh declara que Él mismo realiza una cierta acción, sobre la cual los creyentes también son ordenados a actuar como en el siguiente versículo del Sagrado Qurân: “Es verdad que Allâh y Sus ángeles hacen oración por el Profeta. ¡Vosotros que creéis! Haced oración por él y saludadlo con un saludo de paz” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 56]. Este honor está reservado solo para la más virtuosa de las creaturas de Allâh, el orgullo de los hijos de Âdam (‘alaihis-salam), Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).
Ubay Ibn Ka‘ab (radiallâhu ‘anhu) narró: “Pregunte: ¡Oh, Rasûlullâh! Desearía invocar más salutaciones sobre ti. ¿Cuánto tiempo del que dispongo para el Du‘â debería reservarlo para ello?” Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió: “Tanto como desees”. Dije: ¿Entonces debería utilizar un cuarto de ese tiempo? Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Tanto como tú desees. Y si lo aumentas aún más, será mejor para ti”. Dije: “En ese caso destinare la mitad del tiempo”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Será tanto como desees, y si aumentas aún más será mejor para ti”. Dije: “Destinare dos tercios de ese tiempo”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió: “Como desees, y si aumentas más, será mejor para ti”. Dije: “¡Oh, Rasûlullâh! Haré ahora la intención de que destinaré todo mi tiempo para Du‘â para invocar salutaciones sobre ti”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió: “En ese caso, todas tus preocupaciones serán removidas y tus pecados serán perdonados” [Tirmîdhî y Musnad Ahmad].
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien quiera que envíe salutaciones sobre mí una vez, Allâh derramara sobre él diez favores”.
Ibn Mas‘ûd (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Ciertamente la gente más cercana a mí en el día del Qiyâmah serán aquellos que enviaban salutaciones para mí, abundantemente” [Tirmîdhî].
La tercera persona mencionada en el hadîth es aquella que, mientras estuvo con vida, vio que uno o sus dos padres alcanzaron la vejez, y no fue capaz de alcanzar el Paraíso sirviéndoles. A los padres se les debe dar la preferencia en todo antes que nosotros, por ejemplo, comer, beber, caminar o sentarse, entre otras, cuando les invitamos hacia el bien y les prohibimos de cometer malas acciones, lo haremos con delicadeza. Si ellos no aceptan, aún así, debemos de honrarles y respetarles, y debemos hacer du‘â para que ellos reciban la Guía de Allâh.
Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhumâ) dijo que existen tres versículos del Qurân que se refieren tres pares de acciones, en que la aceptación de la primera acción depende del cumplimiento de la segunda. Estos versículos dicen: “Obedezcan a Allâh y obedezcan al Profeta” Entonces quien obedece a Allâh, pero no obedece al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) su obediencia a Allâh no será aceptada. Dice también: “Establezcan la oración y paguen el zakâh” Quien reza y no paga su zakâh, su oración no será aceptada Dice: “Sean agradecidos con Allâh y con sus padres” pues quien no agradece a sus padres, su agradecimiento hacia Allâh no le será aceptado.
Bujari y Muslim narran de Asmâ Bint Abû Bakr (radiallâhu ‘anhu) que dijo: “Vino a visitarme mi madre siendo ella una persona que no le gusta el Islam. Yo pregunté al Mensajero de Allâh: “¡Oh Rasûlullâh! Mi madre vino a visitarme, pero ella no quiere nada con el Islam ¿Cómo debo tratarla?”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió: “Trátala con la mejor conducta”.
Baihaqî narró de Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhumâ) que una vez dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Aquel hijo respetuoso que mira a sus padres con misericordia, ciertamente Allâh registrará para él, por cada mirada, un Haÿÿ aceptado”. Los sahabah (radiallâhu ‘anhum) que siempre fueron muy ansiosos por las recompensas de Allâh, preguntaron: “¡Oh Mensajero de Allâh! ¿Si uno mira a sus padres todos los días cien veces, Allâh igual va a darle la recompensa por cada mirada?” Respondió el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Allâh es Grande, Puro y Su recompensa no tiene límites”.
Fue narrado por Abû Dâwûd de Rabiat As-Sadi (radiallâhu ‘anhu) que dijo: “Estuvimos sentado con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) cuando se presentó un hombre de la Tribu de Bani Salamah, y preguntó: “¡Oh Mensajero de Allâh! ¿Puedo ser respetuoso y tratar a mis padres con una buena conducta, aunque ya están muertos?” Dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Si. Has Du‘â para ellos, pide perdón a Allâh por ellos, cumple con sus asuntos y mantén buenas relaciones con sus parientes y se generoso con sus amigos” Agregó este hombre: “Que buen consejo me has dado Mensajero de Allâh” Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Entonces practica lo que escuchaste”.
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos de la capacidad de entender estas enseñanzas y de ponerlas en práctica. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh