En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos traído al Camino Recto, honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, quien transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por Su orden. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

El corazón del ser humano necesita restaurarse, necesita atención y, como los demás seres vivos, el ser humano no puede prescindir de determinados elementos para vivir y progresar.

Una de las cosas que acaba con todas las angustias, los problemas, y que nos protege de los enemigos, es el recuerdo de Allâh. Recordarlo a cada momento, en cada segundo de la vida, esta es la forma que tenemos para pulir los corazones y la medicina para arreglarlos, para que todos estemos sanos y salvos.

Ibnul-Qaiyim (rahimahullâh) dijo: “Escuché al Sheij del Islam Ibn Taimiyah (rahimahullâh) decir: “El recuerdo de Allâh es para el corazón igual que el agua para el pez. ¿Cómo sería el pez si se lo saca del agua?”.

Hermano y hermanas en Allâh, la relación entre el siervo y su Señor no se limita al momento en el que uno le ruega por la mañana o por la tarde y nada más. Hay personas que sólo recuerdan a Allâh en el momento del salâh, pero luego caminan por el mundo negligentemente, pecando, haciendo lo que quieren sin ningún tipo de parámetros, ésta es una adoración engañosa, una en donde sólo se recuerda a Allâh para pedirle, mas no para adorarlo.

La verdadera relación con Allâh es que el siervo recuerde a su Señor doquiera que se encuentre, y que este recuerdo de Allâh sea acorde a sus órdenes y prohibiciones.

Nuestro Dîn exhorta a que el musulmán se mantenga unido a su Señor, purifique su alma y su corazón, y tome de ello el auxilio que necesita y el éxito. Debido a esto es que ordena el Sagrado Qurân y la Sunnah incrementar el recuerdo de Allâh, Altísimo, en toda situación. Allâh dice: “¡Vosotros que creéis! Recordad a Allâh invocándolo mucho” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 41].

Dice Allâh en la misma  Sûrah: “Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allâh y a las que recuerdan; Allâh les ha preparado un perdón y una enorme recompensa” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 35].

También, el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Dos palabras amadas por el Clemente, livianas para la lengua, pesadas en la balanza: “Subhânallâhi wa bihamdihî, Subhânallâhil-‘adhîm” (Glorificado y alabado sea Allâh, glorificado sea Allâh el Grandioso) [Bujârî y Muslim].

Al respecto de recordar constantemente a Allâh, dijo el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Queréis que os informe acerca de la mejor de las obras, y de la más pura ante vuestro Soberano, que tiene más grados, que es mejor que hacer caridades con oro y plata…?” Dijeron: “¿Qué es Mensajero de Allâh?” Les dijo: “El recuerdo de Allâh” [Ahmad]. También dijo: “Quien diga: “Subhânallâhi wa bihamdihî” (Glorificado y alabado sea Allâh), le será plantada una palmera en el Paraíso” [At-Tirmidhî].

Hermanos y hermanas, tengan siempre presente que a través del recuerdo de Allâh el musulmán se protege de las desgracias, se le solucionan sus problemas y se hacen más llevaderos las dificultades de la vida. Allâh ha embellecido la lengua de quienes Lo recuerdan como embelleció la luz de los ojos de los videntes.

Pero también deben saber que la lengua negligente es como el ojo ciego, como los oídos sordos, las manos paralizadas. Quien no recuerda a Allâh con sus obras, su pensamiento, su palabra, está convirtiendo su lengua en perezosa. El recuerdo de Allâh es una puerta abierta para el siervo ante su Señor, y siempre permanece abierta mientras el siervo no la cierre con su negligencia.

Dijo Hasan Al-Basrî (rahimahullâh): “Pierden la dulzura de tres cosas: del salâh, del Dhikr de Allâh y de la lectura del Qurân. Si se encuentran con gente así, sepan que tienen la puerta cerrada”. Los que abandonan el recuerdo de Allâh o se olvidan de Él, son como personas muertas, y Shaitân podría hacerlos caer en la falta que quiera.

Por otro lado, aquellos que recuerdan a Allâh en cada momento de sus vidas tienen motivos para estar felices y llevar existencias plenas, porque el recuerdo de Allâh es un motivo para evitar que la persona merezca la ira de Allâh y sea arrojada a Ÿahannam. Allâh dice en el Qurân: “Y al que está ciego para el recuerdo del Misericordioso le asignamos un demonio que se convierte en su compañero inseparable” [Sûrah Az-Zujruf (43), âyah 36]. Dice también: “Pero quien se aparte de Mi recuerdo… Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego” [Sûrah Tâhâ (20), âyah 124].

Dijo Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhumâ): “Shaitân asedia el corazón del hijo de Âdam; si se olvida y es negligente, le susurra; pero si recuerda a Allâh, Shaitân huye. Un hombre iba montado tras el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam); el animal tropezó y el hombre dijo: “Shaitân lo ha hecho tropezar”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo: “No digas que lo que motiva el tropiezo es Shaitân, porque se agranda como una casa, mejor di: “En el nombre de Allâh”, porque así se empequeñece como una mosca” [Ahmad y Abû Dâwûd].

Narró Ibnul-Qaiyim (rahimahullâh) acerca de algunos salaf que decían: “Si se afirma el recuerdo de Allâh en el corazón, cuando se acerca Shaitân el ser humano lucha contra él, entonces se reúnen otros demonios y dicen: “¿Qué le sucede?” Y les responden: “El ser humano está colmado del recuerdo de Allâh”. Está a salvo de la hipocresía, es un puente que conduce al ser humano hacia la complacencia de Allâh, y todo cuanto le ha reservado de delicias y placeres. Posee un arma poderosa, se menciona que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo acerca de la conquista de Constantinopla: “Cuando lleguéis a ella, no luchéis con las armas ni arrojéis flechas, decid “Lã ilâha illallâh” y caerá uno de sus flancos; luego digan por segunda vez “Lã ilâha illallâh” y caerá otro flanco; luego digan por tercera vez “Lã ilâha illallâh wallâhu Akbar” y se os abrirán las puertas, ingresad y tomad el botín” [Muslim].

El recuerdo de Allâh es lo más noble que alguien se pueda imaginar, lo más puro que pasa por la lengua y los labios que lo pronuncian. El recuerdo de Allâh vivifica en las almas la Grandeza de Allâh. Así, el que recuerda a Allâh frecuentemente siente felicidad, tranquilidad en su corazón y su cuerpo. Dice Allâh en el Qurân dice: “Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones?” [Sûrah Ar-Ra’ad (13), âyah 28].

En un Hadîth Qudsî (dicho Sagrado de Allâh): “Yo estoy en los pensamientos de Mi siervo, estoy con él si Me recuerda, si Me recuerda en su interior Yo lo recuerdo, y si me recuerda ante una corte, yo lo recordaré ante una corte mejor (de ángeles)” [Bujârî y Muslim].

Yahiâ Bin Mu‘âdh Râzî (rahmatullâhi ‘alaihi) solía decir lo siguiente en sus súplicas: “¡Oh, Allâh! no hay ningún bien en la noche excepto si se pasa comunicándose con Contigo, no hay ningún bien en el día excepto obedeciéndote, no hay ningún bien en el mundo excepto con Tu dhikr, no hay ningún bien en el Âjirah excepto con Tu perdón, y no hay ningún bien en el Ÿannah sin verte a Ti”.

En una ocasión, ‘Alî y Fâtimah (radiallâhu ‘anhumâ) se quejaron de no tener quien les moliera el trigo y que los quehaceres de la casa eran muy pesados, entonces ella pidió un sirviente al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¿No quieren que les indique algo mejor que un sirviente? Cuando se vayan a dormir digan Alhamdulillâh, treinta y tres veces, Subhânallâh treinta y tres veces, y Allâhu Akbar treinta y cuatro veces; son cien veces que se pronuncian con la boca y mil en la balanza”. Dijo ‘Alî: “No dejé de pronunciarlas desde aquella vez”, un hombre le preguntó: “¿Ni siquiera en la noche de Siffîn?”, le respondió: “Ni siquiera en la noche de Siffîn”.

Cada uno de nosotros debe ser más consciente de la realidad que nos rodea. ¿En qué lugar quedan los desdichados que no recuerdan a Allâh? ¿Dónde quedan con respecto a este fuerte protector? ¿No saben que para ingresar y salir del hogar hay un ruego? ¿No saben que hay formas de recuerdo de Allâh antes de dormir y al despertarse? ¿Acaso no saben que todas las mañanas hay distintos ruegos y recuerdos del Creador, como también por la tarde? Incluso al mantener una relación sexual con la esposa, al ingresar al baño y al salir del mismo, en todo momento hay una forma de Dhikr de Allâh.

Allâh dice en el Sagrado Qurân: “invocad a Allâh como recordáis a vuestros padres o con un recuerdo aún más fuerte” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 200].

La civilización moderna, la ruda vida material, el rápido ritmo de vida, cortan la relación del siervo con su Señor, salvo para aquellos que Allâh les tiene misericordia. El ser humano, por más fuerte que sea, es un ser débil, por más sabiduría que alcance siempre le va a faltar algo y necesita en forma imperiosa de Allâh, más que del agua y el aire. Recordar a Allâh ante las desgracias es un orgullo para el musulmán y una esperanza para aquellos que creen, es sosiego para el corazón ¿Acaso no se sosiegan los corazones con el recuerdo de Allâh? Si los musulmanes prestasen atención a esto se dedicarían a recordar frecuentemente a Allâh. Sepan que existen personas que recuerdan a Allâh, pero no saben lo que significa este recuerdo, por esta razón sus corazones están alejados de sentir la Grandeza de Allâh.

El recuerdo constante de Allâh eriza la piel de los creyentes por temor a Allâh, luego sus corazones se sosiegan, pero hay personas que repiten las palabras copiando a otros sin entender su significado. ¿Acaso piensan en el significado de Allâhu Akbar (Allâh es Grande)? Es la cabeza del Takbîr y su pilar, es lo primero que se le encomendó al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) cuando Allâh le ordenó que amonestara a su gente. Dice Allâh: “¡Oh tú que te arropas! ¡Levántate y advierte! Y a tu Señor engrandece” [Sûrah Al-Muzzammil (74), âyât 1 a 3].

El Dhikr de Allâh es una palabra grandiosa que puede vivificar la tierra árida, su sonido es tan hermoso como el del mar, su sola mención aleja los demonios y nos protege contra el pecado, el Dhikr de Allâh es un gran beneficio para el creyente. Allâhu Akbar, Allâhu Akbar kabîran.

Allâh ha dispuesto para las demás formas de adoración una determinada medida y un determinado tiempo, pero para el Dhikr de Allâh no ha dispuesto nada de esto y ordena incrementarlo, ya que está entre las obras buenas que perdurarán.

Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Tomad lo que os salvará”; le preguntaron: “¿Cuál es el enemigo que viene?” Y les respondió: “¡No! Una salvación del Fuego, decid: glorificado y alabado sea Allâh, no hay otra divinidad excepto Allâh, Allâh es el más grande, porque estas palabras se adelantarán el Día del Juicio y son las obras buenas que perdurarán” [Al-Hâkim].

Que todo creyente sincero sepa que hay algo que tiene un efecto beneficioso y es el recuerdo de Allâh en forma permanente, teniendo el corazón presente, porque la lengua es la intérprete del corazón y el corazón es una reserva de secretos y pensamientos, lo mejor que puede pasar es que Allâh le dé amplitud en el pecho y sienta placer al recordarlo con la lengua, tal como se nos invita en el Qurân: “Y recuerda a tu Señor en ti mismo, humilde, con temor de Él y sin subir la voz, al comenzar y al terminar el día. Y no seas de los negligentes” [Sûrah Al-A’râf (7), âyah 205].

Por esta razón debemos siempre recordar a Allâh en palabra y pensamiento, de nada nos vale una lengua que constantemente esté repitiendo cuando el corazón no siente las palabras. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Sabed que Allâh no acepta el ruego de un corazón negligente” [Al-Hâkim y At-Tirmidhî].

El Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) previno de las reuniones donde no se recuerda a Allâh, dijo: “Todos los que se levanten de una reunión donde no se ha recordado a Allâh, se levantarán como el cadáver maloliente de un burro y será para ellos perdición” [Abû Dâwûd y Al-Hâkim].

También desaprobó las reuniones de gente negligente y prohibió reunirse sin recordar a Allâh, porque las reuniones donde no hay Dhikr de Allâh se extienden sobre temas banales, sobre asuntos materiales, sobre pasiones, lo cual es un descuido y una molestia. Dijo (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Quien se reúne en un lugar donde predomina el alboroto y dice antes de irse de dicha reunión: “Glorificado seas Allâh Señor nuestro y alabado seas; atestiguo que no hay más divinidad que Tú, Te pido perdón y me arrepiento ante Ti”, le son perdonadas las cosas fuera de lugar que pudo haber dicho y escuchado en esa reunión” [At-Tirmidhî e Ibn Mâÿah].

Allâh dice: “¡Vosotros que creéis! Que ni vuestras riquezas ni vuestros hijos os distraigan del recuerdo de Allâh. Y quien lo haga… Esos son los perdedores” [Sûrah Al-Munâfiqûn (63), âyah 9].

¡Oh, Allâh! Ayúdame a recordarte, agradecerte y adorarte de la mejor manera.

Quiera Allâh hacernos de entre Sus siervos que Lo recuerdan incesantemente, día y noche, y que aumente Su Bondad sobre nosotros. Âmîn.

Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh

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