El Ihsân, la excelencia
Dijo nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El Ihsân, es que adores a Allâh como si lo vieras, porque si tu no lo ves, Él sí te ve”.
Dijo nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “El Ihsân, es que adores a Allâh como si lo vieras, porque si tu no lo ves, Él sí te ve”.
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Raÿab es el Mes de Allâh, Sha’bân es mi mes y Ramadân es el mes de mi Ummah”.
Estamos a las puertas del mes de Sha’bân, por eso debemos organizarnos con una planificación completa, teniendo presente que este mes no es de los cuatro meses benditos, pero es un mes que esta entre Raÿab –que es el mes de Allâh– y Ramadân, el mes que Allâh escogió para descender Su Qurân.
El Mensajero de Allâh (saw) dijo: “Si cuando a un musulmán le sucede una desgracia, dice lo que Allâh le ordenó: “Ciertamente pertenecemos a Allâh y ciertamente a El regresaremos ¡Oh, Allâh recompénsame por mi desgracia y dame en su lugar algo mejor” Allâh le dará algo mejor en su lugar!”.
Estamos en el mes de Raÿab, el mes en el que los musulmanes recordamos la noche cuando el Querido de Allâh, el Profeta Muhammad (sallallâhu alaihi wa sallam) fue elevado a los cielos.
Hermanos y hermanas, hemos hablado las últimas dos semanas sobre las acciones del corazón, así como también de las enfermedades que pueden aquejarle, entonces hoy hablaremos sobre la importancia de mantener los corazones sanos y limpios hasta el momento de encontrarnos con nuestro Señor.
En la Jutbah anterior hablamos de las obras del corazón y su efecto positivo en nuestro actuar con las extremidades; Hoy hablaremos acerca de las enfermedades y los males que atacan al corazón, y su efecto negativo sobre el resto de nuestras acciones.
En un hadîth lleno de sabiduría, nuestro Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo, entre otras cosas: “Hay en el cuerpo un trozo de carne que, si está bien, todo el cuerpo lo está, pero si se corrompe, se corrompe con él todo el cuerpo”.
El Islam es una religión que reconoce la importancia del tiempo y aprecia su seriedad. Allâh Altísimo dice en el Sagrado Qurân: “En la sucesión de la noche y el día, y en lo que Allâh ha creado en los cielos y en la Tierra, hay signos para la gente piadosa” [Sûrah Yûnus (10), âyah 6].